AUTOESTIMA, LA ARMADURA PARA PROTEGERNOS DE LOS DESAFÍOS DE LA VIDA

La autoestima sana es un factor básico en la formación y desarrollo personal. Es por eso que se tiene que tener en cuenta desde muy pequeños.

La autoestima es la percepción que tenemos de nosotros mismos. Y esta percepción está formada por una serie de creencias y sentimientos. Desde bien pronto, desarrollamos el concepto de éxito y de fracaso como consecuencia de la perseverancia. Cuando un niño intenta hacer algo, pero fracasa, lo prueba de nuevo, pero vuelve a fracasar, y finalmente lo consigue, se forman ideas y creencias sobre sus propias capacidades. Al mismo tiempo, se crea un concepto de uno mismo basado en las interacciones con otras personas.

La manera como nos definimos influye directamente en nuestra motivación, actitud, comportamiento y respuesta emocional. Por lo tanto, no es de extrañar que de esta dependa el desarrollo en el aprendizaje, en las relaciones sociales, en las actividades… en definitiva, en la construcción de la felicidad.

Es muy importante detectar una baja autoestima en los niños como prevención a posibles problemas futuros, como la timidez, el acoso escolar, el abuso de drogas, la depresión, la anorexia y otros trastornos donde es protagonista. Pero, ¿cómo podemos reconocerlo? Son niños que tienden a no confiar en sí mismos ni en los demás, a sentirse inferiores frente a otras personas, y se comportan de manera tímida y más crítica. Para un niño con baja autoestima, los retos y desafíos generan mucha ansiedad y frustración, y tienen dificultades para encontrar soluciones a los problemas. Es muy común que no les guste probar cosas nuevas, se rindan con facilidad y tengan un discurso pesimista y autocrítico: “no puedo”, “no soy suficientemente bueno”, “soy burro/tonto”, “nunca aprenderé a hacerlo”, “¿qué más da? A nadie le importa”.

Por otro lado, cuando un niño adquiere una buena autoestima se siente valioso, competente y seguro. No se ofende ante la crítica, sino que aprende. Sabe gestionar mejor los conflictos, comunicarse adecuadamente y ser responsable. En general, sueño más optimistas ante la vida.

Está en nuestras manos ayudarlos a desarrollar y formar percepciones sanas y verdaderas de ellos mismos. Con un poco de ayuda, los niños y niñas pueden llegar a generar una buena autoestima y, por lo tanto, una vida más llena y feliz.

 

 

Ana Farré

Psicóloga y Psicoterapeuta

Co-directora de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic

¿TE SIENTES SOLO/A?

En una ocasión, trabajando con un joven que tenía dificultades con sus relaciones sociales, le pregunté: ¿sabes cuál es la diferencia entre estar solo y sentirse solo?

Su respuesta me dejó asombrado. Lo explicó tan bien que voy a compartirlo con todos/as vosotros/as.

Me respondió: “Sí, cuando estoy con mis compañeros/ as de clase, en muchas ocasiones, me siento solo”.

Y luego añadió: “Por otro lado, a veces cuando estoy solo en mi habitación, no me siento solo”.

¿Te ha ocurrido alguna vez estar rodeado/a de gente, pero a la vez tener un sentimiento en tu interior de apatía, frustración, tristeza o desmotivación? ¿Estar en un evento social pero no estar cómodo/a o con ganas de irte? ¿O te has encontrado alguna vez en tu hogar con ganas de relacionarte, pero por las circunstancias, no poder/ querer quedar con nadie?

Esto es más frecuente de lo que uno se puede imaginar. Vivimos en un nuevo siglo de hiperconectividad. Podemos tener mil amigos en el Facebook, quinientos seguidores en Instagram o en Twitter, pero no tener a nadie con quien hacer un café o charlar de nuestros problemas.

Los expertos/as nos advierten que la enfermedad que nos va a perjudicar más en nuestra era es la SOLEDAD.

Pero no todo son problemas, también hay soluciones.

En primer lugar, debes preguntarte: ¿Cómo me siento? ¿Qué es lo que hace que me sienta solo?

Como hemos visto no es lo mismo estar solo que sentirse solo. Creo que lo que más malestar genera a una persona es el sentimiento de soledad, cuando realmente, esta persona le gustaría estar acompañado y no puede. Por eso, es tan importante el hecho de conectar con uno mismo/a y reconocer las emociones.

Una vez te has dado cuenta de cuáles son tus emociones: tristeza, soledad, frustración apatía… El siguiente paso es poder expresarlas, ya sea en una libreta, con un dibujo, con un audio de voz… Lo que mejor te funcione, pero debes manifestar estas emociones. Esto te ayudará a poder sentirte un poco mejor y a ordenar tus pensamientos y emociones.

Luego, sería importante explorar tus pensamientos: ¿Qué hace que te sientas solo/a? ¿Por qué piensas que te sientes solo/a?

Aquí muchas veces podemos descubrir creencias auto limitantes como: no le caigo bien a la gente, no soy bueno/a haciendo amistades, no estoy animado/a para llamar a nadie…

Sea lo que sea lo que te digas, justamente son estos diálogos internos los que hacen que te sientas así. También puede ser que lleves una mochila cargada con experiencias negativas del pasado. Pero lo importante es tener en cuenta que tu pasado no debe determinar tu futuro.

El siguiente paso, sería decidir cuáles son las emociones y los pensamientos que te gustaría tener. Por ejemplo, me gustaría poder sentirme animado/a, acompañado/a, pensar que puedo relacionarme con los demás. Este punto es crítico, ya que aquello en lo que te enfocas se expande. Si tú quieres centrarte en tus limitaciones estás crecerán. Si tú quieres centrarte en que pues cambiar, cada vez verás más oportunidades para hacerlo. Para ello puedes poner estos nuevos pensamientos o estas nuevas ideas por escrito como una forma de tomar consciencia y compromiso.

Y finalmente, nos falta pasar a la acción: decidir hacer las cosas de una forma diferente. Si siempre haces lo mismo obtendrás los mismos resultados. Para ello puedes plantearte algunos nuevos comportamientos como: cambiar de amistades, conocer nuevas personas, recuperar viejas amistades, quedar con conocidos/as con los que nunca llegaste a profundizar, plantearte nuevos hobbies o aficiones, apuntare a webs de contactos, ir a eventos sociales o a actos que organicen asociaciones….

 

Lo que quieres está a tu alcance, sólo tienes que empezar a darte el permiso para cambiar.

 

 

 

Oriol Lugo

Psicólogo y Coach

Co-Director de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic

LAS EMOCIONES Y SU SIGNIFICADO

Vas conduciendo por la carretera y de repente, se enciende la señal del motor en el panel luminoso.

La gran mayoría de las personas que estáis leyendo estas páginas os pararíais en una área de servicio o espacio de descanso y consultaríais el origen del problema.

Pero, ¿y si en lugar de que se encendiera una luz en el coche, se tratara de un dolor de espalda, de un sentimiento de rabia o una gran tristeza?

La gran mayoría de las personas acostumbramos a no pararnos, a no consultar ni explorar el origen. Todo el contrario, tenemos tendencia a seguir adelante, a tomar una pastilla o a distraernos con algo que nos pueda entretener.

¿Qué le pasa cuando un coche no se repara? Pues que al final acaba sufriendo un accidente. ¿Qué les pasa a las personas cuando no escuchan a su cuerpo ni a sus emociones? Pues que al final también acaban sufriendo. Quizás no de un accidente, pero sí, en el mejor de los casos, de malestar y desazón y, en el peor de los casos, de enfermedades o trastornos.

Cada dolor es un aviso, una señal de algo que no va bien en nuestra vida. Cada emoción o sentimiento es un llamamiento que hace nuestro organismo para avisarnos de algún asunto no resuelto.

Las emociones son llamamientos a cambiar o a pasar la acción. El miedo nos indica que hay algún elemento que interpretamos como un peligro. En exceso el miedo nos bloquea y nos paraliza (exceso de protección), en una falta de presencia, entonces iniciamos comportamientos temerarios. La rabia es un llamamiento a defendernos, a cambiar los acontecimientos. En un exceso podemos llegar a ser impulsivos y destructivos. En una falta de esta emoción, entonces somos pasivos y no nos hacemos respetar o valer.

¿Y la tristeza? Esta es la emoción o el sentimiento más mal interpretado. La tristeza es una emoción que cómo todas las otras también cumple una función, concretamente la de liberar nuestras tensiones y nuestros males. Al igual que la lluvia limpia las calles, las lágrimas nos ayudan a poder soltar aquello que nos ha hecho daño. Tenemos muy claro que cuando uno sale a hacer deporte acabará sudando. Pues bien, con el llanto activamos un mecanismo de liberación de las tensiones acumuladas. En resumen, llorar no es de débiles, es de personas fuertes que se cuidan y que se dan el permiso para poder liberar aquello que les ha hecho daño o que los está haciendo sufrir.

Además, cuando lloramos, liberamos hormonas que nos ayudan a sentirnos más tranquilos y relajados. Por lo tanto, la próxima vez que tu cuerpo o tu mente te indique que tienes algún dolor, malestar o preocupación, no lo tapes, no huyas, no desvíes tu atención. Pregúntate qué te quiere decir esta sensación o este sentimiento. Quizás no sabes el origen, pero si prestas atención seguro que descubres su mensaje oculto.

Cómo si se tratara de una carta, de ti depende si quieres abrirla y qué quieres hacer al respecto. Yo te recomiendo que una vez te pares a sentirte, empieces a hacer las acciones o los comportamientos que te ayuden a sentirte mejor.

 

Cuídate, porque sólo tienes un cuerpo y sólo tienes una vida.

 

Oriol Lugo

Psicólogo y Coach

Co-Director de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic

MIRA DENTRO

¿Os ha pasado alguna vez, que queréis cambiar una situación ajena a vuestra capacidad de maniobra? ¿Os ha pasado que queréis cambiar a una persona?

A mí sí me ha pasado, y sé que es muy frustrante.

Te gustaría que las cosas fueran diferentes. Te gustaría poder meterte en el cerebro de otra persona y manipularlo a tu gusto para que se diera cuenta de que debe cambiar. Te gustaría que, por fin, se comportara como tú crees que debería comportarse. Te encantaría que dejara de hacer ciertas cosas y empezara a hacer otras. Qué bonito sería el mundo si pudieras cambiar todo lo que quisieras (personas y situaciones) para que se adecuasen a tus deseos, ¿no?

Sería un mundo en el que no tendrías ningún problema ni enfrentamiento. A la que alguien te dijera algo fuera de tono, le tocarías con tu varita mágica y se comportaría como tú crees que debería comportarse.

Suena bien, ¿verdad?

Siento decir que, aparte de que podría resultar un mundo muy aburrido, es imposible.

Pero no te desanimes, porque hay un truco que sirve para que, aunque no tengas esta varita mágica, puedas vivir bastante tranquilo en este mundo (sí, aunque esté lleno de personas que NO se comportan como tú crees que deberían). El truco consiste en MIRAR DENTRO y dejar de MIRAR FUERA. Mirar dentro quiere decir mirar dentro de TI: lo que sientes, lo que deseas, lo que crees que te falta.

Cuando centras tu atención en tu interior, PUEDES CAMBIAR. Y es mucho más fácil cambiarse a uno mismo que cambiar a otro.

Pondré un ejemplo para que quede más claro:

Imagina que tu jefa siempre te habla con desdén y con aires de superioridad. Tú piensas que es irrespetuosa y una mala persona. Cuando hablas con ella, te sientes inferior e incluso con miedo. Le comentas a tus compañeros lo mal que te trata y lo terrible que es. La criticas a sus espaldas siempre que tienes ocasión, porque realmente te afecta su comportamiento.

Pregunta: ¿Crees que servirá de algo que te sigas desahogando con los compañeros de oficina? ¿Crees que es sostenible esta situación a largo plazo? Yo pienso que, no sólo NO va a cambiar tu jefa ni tu situación, sino que, además, te vas a volver un pesado quejica que amargará la hora del almuerzo al resto de compañeros.

Sí, pueden sonar duras estas palabras, pero es lo que pienso.

Ahora bien, ¿qué podrías hacer para resolver esta situación?

Podrías preguntarte de dónde viene tu sensación de inferioridad, podrías fijarte en tus sensaciones y emociones profundas cuando te enfrentas a tu jefa. Podrías escribir sobre la situación, dejarte ir y sacar todas las emociones. Podrías descubrir, entonces, que ya te has encontrado antes con personas que te tratan así (quizás algún profesor en la escuela, quizás tu madre…) y entonces descubres “un patrón”. Este patrón que se repite una y otra vez en tu vida, para que aprendas algo. ¿Y qué tienes que aprender? En este caso, deberías aprender a valorarte, a NO sentirte inferior a nadie, a poner límites y a hacerte respetar.

Cuando miras dentro, aparecen las revelaciones. Cuando miras dentro, ves que TU puedes cambiar tu manera de pensar y tu actitud. Cuando miras dentro, te liberas. Y entonces, la situación cambia. Experimentarás lo que decía Marcel Proust: “Nada ha cambiado. Sólo yo he cambiado, por lo tanto, todo ha cambiado”.

 

 

Fotografía: https://www.instagram.com/p/BfG5L4VBi9I/?taken-by=annasoler

 

Autora: Anna Soler

Terapeuta de PNL y terapias neurocientíficas en Owl Institute

Educadora de la extraescolar “Descobrint el mon de les Emocions” de Owl Emocions.

QUI TÉ CURA DEL QUE TÉ CURA?

No, no es tracta d’un joc de paraules la temàtica d’avui, sinó més aviat de posar l’atenció en una de les coses on, de vegades, no en posem la suficient fins que ja és una mica tard. Ens referim, ni més ni menys, que a l’autocura del cuidador.

Donat que els darrers dies els articles del nostre blog han donat eines i han parlat sobre els nostres fills, farem el contrapunt a aquest aspecte centrant-nos en les figures que envolten i guien als nostres nen/es, com són els pares.

Molt sovint, dins de teràpia, utilitzem comparacions i metàfores de la vida quotidiana per a poder explicar millor un problema o per poder treballar diferents temàtiques com l’empatia, les emocions o les creences d’un mateix. Un d’aquests exemples, quan parlem d’ansietat o paciència, és el del got d’aigua:

Imagineu-vos per un moment al vostre fill o filla en un dia normal. Durant aquest dia hi ha esdeveniments i estímuls quotidiants davant els quals actua amb normalitat, però també hi ha estressors i frustracions que desequilibren la seva balança i van desgastant la seva paciència.

Imaginem-nos ara que la seva paciència és com un got d’aigua, un got que poc a poc, al llarg del dia es va omplint. En alguns moments aquest got s’omple més ràpid, per exemple, quan el nen/a es troba davant d’un repte que li resulta feixuc i li produeix certa angoixa; d’altres, en canvi, es va omplint amb petites gotes que, tot i que no semblen ser gaire, van augmentant el nivell de l’aigua. I aquest got es va omplint i omplint fins que… es vessa.

Quan això succeeix esdevé un moment de màxima angoixa, desesperació i incomprensió per part del nen. Són els típics moments en que el nen contesta, no es comporta com nosaltres esperem, reacciona plorant o amb ràbia (sense controlar les seves emocions), etc. En aquests moments els recursos que fèiem servir no són suficients, o perden eficàcia.

Ara imaginem-nos que aquest got que ha vessat, no és dels nostres nens/es, sinó el nostre propi. Cadascú de nosaltres tenim el nostre propi Got de Paciència que, mica en mica, es va omplint. Part d’aquesta aigua ve per les situacions relacionades amb els fills ja que, com sabem, fer de pares no és una tasca senzilla sinó que és un aprenentatge continu. Però la resta del got s’omple amb els problemes que ens planteja el nostre dia a dia: la parella, la feina, la família, assolir els nostres objectius, gestionar les nostres frustracions, etc.

Però a diferència del got dels nostres nens, els pares tenim l’afegit que el nostre got ajuda a sostenir el dels altres. Per tant, si no volem permetre que el nostre propi got caigui, hem d’aprendre a buidar-lo paulatinament.

Com ho podem fer això?

Doncs de la mateixa manera que aprenem a educar els nostres nens, és important que ens eduquem nosaltres mateixos per tenir moments per a la pausa, cedint-nos temps a nosaltres mateixos per a endreçar les nostres emocions.

I quins són aquests moments tant necessaris?

No es tracta de trobar més temps per pensar en la feina o per poder fer més encàrrecs, sinó es tracta de trobar espais de temps, relacions i activitats que ens resulten agradables, que ens ajuden a gestionar millor les nostres emocions i ens proporcionen una via d’escapament a les situacions més negatives. Dins d’aquest grup trobem:

  • Espai de parella: Hem de buscar un espai de parella on no tractem o pensem directament en els fills, en els problemes del dia a dia o altres maldecaps. Ha de ser un espai realment profitós i de parella.

  • Feina: Molts dels problemes i l’estrès poden venir d’aquesta àrea, és cert. Però segur que hi ha aspectes positius on podem centrar la nostra atenció, com en les coses que fem i se’ns donen bé, les satisfaccions que ens dóna aquest àmbit, etc. Per petit que sigui, SEMPRE hi ha alguna cosa positiva a destacar.

  • Hobbies i aficions: Súper importants per realitzar-nos i evadir-nos. Hem de procurar treure temps per posar-ne en pràctica.

  • Relacions amb amics i familiars: Parlar amb els altres de com estem i sentir-nos escoltats és un molt bon exercici de “neteja” per poder buidar el nostre Got de Paciència. No si val ser “egoistes” i quedar-nos-ho tot per nosaltres.

Tenir en compte aquests punts és molt important per ajudar-te a tu mateix i a la teva salut i d’aquesta manera, ajudar-te a buidar el teu got de paciència.

 

 

Víctor Carretero

Psicòleg y Col·laborador a OWL INSTITUTE. Institut Psicològic

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