TIPOS DE MUSICOTERAPIA I

En el anterior artículo os introdujimos al mundo de la Musicoterapia. A continuación, vamos a profundizar más pudiendo explicaros los tipos de métodos que existen. Concretamente hay de dos clases: los pasivos y los activos.

Los métodos pasivos o receptivos implican una acción «interna» de escuchar, de imaginar, de sentir. En estos tipos de métodos la terapia tiene lugar como resultado de la escucha del paciente, entrando en ella, o recibiendo la música misma. La música actúa directamente en el paciente, bien aportando estímulo que facilita respuestas terapéuticas inmediatas o estimulando un proceso terapéutico para que se dé un cambio. El proceso de cambio terapéutico puede tener lugar durante o después de la experiencia de la escucha, y puede implicar respuestas musicales o no musicales.

La musicoterapia pasiva o receptiva estaría indicada para aquellos pacientes que, no pudiendo participar de la actividad musical en forma activa, puedan tener beneficios a partir de la recepción musical.

Con la audición musical generalmente se busca la obtención de uno o varios de estos objetivos: sugerir imágenes y fantasías, provocar recuerdos y sentimientos conscientes y subconscientes, provocar cambios en el estado de ánimo, facilitar la expresión verbal de los sentimientos, facilitar el conocimiento del mundo emocional del paciente como ayuda en el diagnóstico o hacer tomar conciencia al paciente de la existencia de sentimientos distintos a los suyos en los otros, para que los acepte y los respete.

El método GIM de Bonny, o el principio de ISO pertenecen a los métodos pasivos:

– Técnica Guided Imagery and Music (GIM): Es un método que fue creado por la Musicoterapeuta americana Helen Bonny. Consiste en que el paciente, en un estado de relajación, escuche piezas de música clásica de forma que esta música. Le provoque imágenes, símbolos y emociones surgidas, no solamente de la vida diaria del enfermo, sino también de su subconsciente.

Se le da la opción que exprese todo lo que la música le inspire en forma de dibujo, poesía, etc. De esta forma se pretende que el paciente explore su mundo interior y así consiga un mayor conocimiento de sí mismo. Los pacientes con los que se suele aplicar este método son pacientes con depresión, ansiedad, cáncer y drogodependencia.

– Principio de ISO (Identidad Sonora): El principio de ISO es el conjunto de energías sonoras, acústicas y de movimiento que pertenecen a un individuo y lo caracterizan. Esta identidad sonora cambia con las circunstancias. Este principio fue ideado por Rolando Benenzon y en él se distinguen entre varios tipos de ISO:

– ISO universal: son sonidos que caracterizan todos los seres humanos independientemente de su cultura y contexto social (latido del corazón …)

– ISO gestáltico: Vivencias intrauterinas. A medida que el embrión evoluciona los fenómenos se intensifican y se suman sonidos del exterior siempre mediatizados por el líquido amniótico que actúa como filtro (sonidos intrauterinos de líquido, sonidos provenientes del exterior, la voz de la madre, etc .).

– ISO grupal: es el ISO que se establece en un grupo de trabajo terapéutico.

– ISO cultural: depende de la cultura que hemos nacido, está muy relacionado con el folklore (canciones tradicionales de su cultura, etc.).

– ISO complementario: son los pequeños cambios que cooperan cada día o en cada sesión de musicoterapia por defecto de las circunstancias ambientales y dinámicas.

La modificación del estado de ánimo del paciente es el objetivo principal de este principio. Lo que se pretende es buscar el tipo de música que concuerde con el estado de ánimo en el que se encuentre el paciente de manera que se establezca una relación de igualdad entre el tipo de música dada a escuchar y el estado de ánimo del paciente.

Hay que tener en cuenta qué es lo que provoca el estado de ánimo al paciente, es decir, si es debido a la enfermedad que tiene, en un estado de ánimo temporal (que puede variar diariamente), en su temperamento básico (el que tenía antes de la enfermedad), etc., ya que en cada caso se usaría un tipo de música distinta.

A continuación, una vez alcanzada esta relación de igualdad, se irá tratando de cambiar su estado de ánimo de forma gradual con piezas musicales que dependerán de cada situación. De esta forma, se pretende conseguir que, al finalizar el proceso, un paciente que al principio estuviera en un estado de depresión, ansiedad, hiperactividad, etc. termine el proceso en un estado mucho más positivo.

Esperamos que cada vez tengáis más ganas de usar la musicoterapia para facilitaros el cambio.

 

 

 

 

Ana Farré

Psicóloga y Psicoterapeuta

Experta en Terapias Neurocientíficas

Co-directora de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic

3 IDEAS PARA PODER APROVECHAR MEJOR EL TIEMPO

Vivimos en una época donde nos faltan horas al día. Constantemente buscamos cómo podemos llegar a cumplir con todas nuestras tareas y obligaciones. ¿Quizás deberíamos formularnos la pregunta de una manera distinta?

Quizás no todo lo que hacemos es igual de importante…

¿Es igualmente valioso dedicar una hora o dos horas al día a las redes sociales, que emplear el mismo tiempo a jugar con nuestros hijos/as? ¿Es igualmente valioso estar con compañeros/as del trabajo tomando algo, que dedicar ese tiempo a ir al gimnasio o a realizar un paseo con tu pareja?

La respuesta está en ti. Nadie va a poder juzgar que es más importante, excepto tú mismo/a.

Es por esta razón que a continuación vamos a compartir contigo 3 estrategias:

· La PRIMERA de ellas consiste en tener claros cuáles son tus valores. Un valor es un eje que guía tu vida, que le da sentido y que la orienta. Ejemplos de valores son: la familia, la libertad, el amor, la amistad, el dinero, la sinceridad, el esfuerzo, la solidaridad… Si tienes claro que es lo más importante en tu vida, puedes entonces empezar a cambiar tu rumbo para darles más tiempo y más espacio. Si para ti el valor de la solidaridad es de los más importantes, es normal que dediques tiempo a ayudar a los demás o que te impliques en causas de voluntariado. El problema recae cuando no eres coherente. Cuando tu máximo valor es la familia y no les dedicas las energías que quizás se merecen, entonces algo falla.

· La SEGUNDA consiste en saber agrupar y focalizar tareas. Hay algunas obligaciones que puedes agrupar con otras acciones. Por ejemplo, puedes planchar mientras hablas por teléfono, o puedes lavar los platos mientras escuchas un audiolibro…

Pero, por el contrario, hay otro tipo de tareas que si las agrupas o las combinas entonces no las vas a realizar correctamente. Es más, lo que puede ocurrirte es que pierdas más el tiempo. Por ejemplo, si quieres hacer un informe exhaustivo en una hora, mejor que te deshagas de todas las distracciones posibles, como el televisor, la radio, el móvil…

· La TERCERA idea es la del sentido de urgencia o la ley de Parkinson. Lo que dice esta ley es que nuestro tiempo de dedicación a una tarea va en relación a la fecha de finalización marcada. Es decir, cuando tenemos una meta que está a punto de vencer, como podría ser la entrega de un trabajo, nuestra energía y atención se focalizan al máximo para poder terminar con esta tarea. Por el contrario, si la fecha de finalización es muy lejana, entonces no vamos a dedicar la misma energía ni focalización. El consejo que os damos es que puedas adelantar las fechas a tu favor para notar este mismo sentido de urgencia y así finalizarlas antes. Una vez las terminas sentirás que tienes más tiempo para ti.

Las tres ideas combinadas son mucho más efectivas que si sólo aplicas una de ellas. Igualmente recuerda que todas las personas de este planeta tenemos 24 horas. Así, que ¿cómo puede ser que algunos/as puedan llegar a hacer más cosas o de una mejor forma? No es magia, es ciencia, concretamente la ciencia de la Psicología y del Coaching aplicadas a tu desarrollo personal.

Tú puedes aprovechar mejor tus jornadas y sentirte más productivo. Nosotros te damos las ideas, pero ahora falta que las pongas en práctica.

 

 

 

Oriol Lugo

Psicólogo, Psicoterapeuta y Coach

Experto en Terapias Neurocientíficas

Co-director de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic

¿CÓMO ENCONTRAR TU VOCACIÓN?

Hoy en día vivimos en un mundo cambiante donde la gran mayoría de las profesiones que estarán en uso de aquí a 20 años aún no se han creado. Entonces, ¿cómo es posible obligar a nuestros hijos e hijas a escoger unos estudios que mañana pueden cambiar?

Delante de este panorama de incerteza constante, tenemos una solución. Podemos usar la metodología del Coaching aplicada al aspecto Vocacional. El Coaching es una práctica que nos permite acompañar a un cliente para poder hacer un trabajo de introspección y desarrollo, y así también alcanzar sus metas (su excelencia personal). En el caso del Coaching Vocacional, el coach acompaña al joven para que pueda conocerse mejor a sí mismo/a, y así también al fin pueda alcanzar su meta de saber y dirigirse hacia sus estudios o profesión.

En primer lugar, explicamos que la vocación, consiste en la unión de tres pilares fundamentales. El pilar inicial consiste en los hobbies, aficiones y actividades de pasa tiempos. Esto nos revela una base donde la persona puede sentirse a gusto, disfrutar y reconocer algunas de sus pasiones. Esta es la primera piedra del edificio, la que nos permite detectar tendencias de intereses como, por ejemplo: interés por los espacios abiertos o cerrados, con entornos estables o cambiantes, interactuando con personas o con poca interacción, áreas de interés concretas como podrían ser más artísticas o creativas, o por lo contrario más rutinarias o vinculadas a las tecnologías o a la programación.

Una vez disponemos de este pilar, pomos centrarnos en la segunda esfera que consiste en la de las habilidades, aficiones, destrezas, capacidades o fortalezas. Cuando llegamos a este punto podemos también facilitarle al joven todo tipo de pruebas o encuestas donde se valoran estos mismos indicadores. También se recogen tendencias en relación a los puntos fuertes donde destaca. Por ejemplo, podemos apreciar áreas más desarrolladas en relación al liderazgo, a la resolución de problemas, a la mediación, a la creación, a la cooperación…

Y finalmente, pero no por ello menos importante, tenemos el tercer pilar que corresponde al mercado. Cuando hablamos del mercado, nos referimos a todos aquellos aspectos vinculados con las necesidades de nuestra sociedad. Aquí también estudiamos tendencias, modas, o necesidades crecientes. Por ejemplo, en esta década podemos apreciar un auge de la robótica, de la tecnología 3D, de la necesidad de figuras de una vertiente más humanística en las empresas y en las organizaciones, de la biomedicina…

Cuando disponemos de un buen trabajo exploratorio de todos estos apartados, entonces pasamos a la fase de construcción y de combinación para generar un perfil de opciones. Esto quiere decir que en base a todo lo recogido iremos generando vías o caminos de profesiones (reales o aún por explorar), donde el joven va luego a explorar para descubrir cómo se siente al respecto. Al poder aplicar técnicas de visualización el/la joven puede vivenciar como sería si escogiera una profesión concreta. Cierra los ojos y se imagina haciendo aquella profesión o aquella actividad laboral. Aquí podemos estudiar cuáles son sus emociones, pensamientos y sensaciones corporales.

Igualmente, lo importante es que el chico o la chica pueda sentir que ha descubierto más sobre su propia personalidad y esto también le ayuda a escoger con mayor claridad. La fase donde se determinan los módulos, cursos o carreras se suele efectuar con los familiares para así poder también valorar todos los criterios y requerimientos que sean necesarios.

El futuro está más cerca que nunca y con el Coaching Vocacional puedes prepararte para su llegada.

 

 

 

 

Oriol Lugo

Psicólogo y Coach

Experto en Terapias Neurocientíficas

Co-director de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic

QUÉ ES LA MUSICOTERAPIA Y CÓMO TE PUEDE AYUDAR

Cuando hablamos de musicoterapia podemos tener varias ideas en nuestra mente. Aquí vamos a compartir con vosotros/as cuál es esta práctica científica y como nos puede beneficiar.

Hay muchas variaciones de definiciones respecto al concepto de musicoterapia, pero se podría definir como la utilización de la música y de sus diversos elementos (ritmo, melodía, sonido y armonía) con el fin de que se facilite y promueva la comunicación, aprendizaje, movilización , expresión u organización, de un paciente o un grupo de pacientes. De esta forma se mejoran sus necesidades físicas, psíquicas, sociales o cognitivas. Es un auxiliar de la medicina que sirve de ayuda a las técnicas terapéuticas para poder recuperar el paciente para su desarrollo dentro de la sociedad o prevenir enfermedades físicas y mentales.

La musicoterapia busca descubrir potenciales y restituir funciones del individuo para que llegue a una mejor calidad de vida a través de la prevención y rehabilitación en un tratamiento.

Existen numerosas aplicaciones terapéuticas de la musicoterapia y que pueden ser muy variadas. La musicoterapia se usa con niños, con adultos y con personas de la tercera edad con diferentes problemas físicos, emocionales, intelectuales o sociales.

Se distinguen dos campos muy amplios en musicoterapia, el curativo y el preventivo, pero de ambos aspectos, el curativo es el que más se ha desarrollado hasta el momento.

Los niños que se someten a musicoterapia suelen tener dificultades en el aprendizaje, problemas de conducta, trastornos profundos en el desarrollo (autistas), deficiencia mental, dificultades en la socialización, baja autoestima o trastornos médicos crónicos o degenerativos (cáncer, cardiopatías, problemas de dolor, etc.).

En el campo de los trastornos neurológicos, la musicoterapia contribuye a mejorar la relación con el cuerpo, el entorno y las otras personas.

Las personas que no están enfermas o que no tienen ningún problema en concreto, pero quieren mejorar su bienestar personal, su aprendizaje, la autoestima o las relaciones interpersonales, desarrollar su creatividad y capacidad para resolver problemas, disminuir la ansiedad, controlar el estrés e incluso las mujeres que quieren usar la música en el proceso del parto, pueden someterse a sesiones de musicoterapia preventiva.

La musicoterapia es una metodología terapéutica que está a nuestra disposición y que todos/as podemos beneficiarnos. Tu vida mejorará seguro con la aplicación de sus técnicas y sus propuestas terapéuticas.

 

 

Ana Farré

Psicóloga y Psicoterapeuta

Experta en Terapias Neurocientíficas

Co-directora de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic

 

 

 

Fotografía: www.olgacarrera.com

CAMBIA TUS HISTORIAS

Somos lo que nos contamos. Hay gente que sale a la calle y se repite constantemente que hoy va a ser un mal día porque la alarma no ha sonado bien, no ha tenido tiempo para desayunar con calma, el bus va con retraso… Y luego hay otro tipo de personas que, aunque en el día haya elementos que sean molestos o desmotivadores, mantienen su diálogo interno positivo.

¿Pero a qué se debe que tengamos un tipo de discurso más positivo o más negativo?

¿Nacemos así?

¿Son nuestros genes?

¿O podemos cambiarlo?

Los últimos estudios afirman que hay un tanto por ciento de influencia de nuestros genes, es decir, que hay personas que están más predispuestas a ser optimistas y otro tipo de perfiles de gente que son más propensas a ser pesimistas. Aun así, también tenemos que tener en cuenta el entorno.

Cuando hablamos del entorno nos referimos a los comportamientos de cada individuo, las rutinas, las personas con las que interactuamos, nuestro lugar de residencia, nuestra alimentación, la dosis de rayos solares que recibimos a lo largo del día… (un gran número de factores que están alrededor de nosotros/as).

Aquí en este artículo, nos vamos a centrar justamente en el apartado de cómo cambiar tu historia personal. Nos referimos a historia personal por el diálogo y tus discursos internos, que cada día te vas repitiendo. Es curioso porque el 80%-90% del discurso que tenemos, el cual proviene de nuestros pensamientos y creencias, es el mismo que el del día anterior. Es como si estuviéramos viviendo en un continuo sin cambios (sólo un margen del 20% al 10% de cambio al día). Con lo cual tenemos que poner mucha atención y ganas de hacer cambios.

¡Vamos a hacerlo!

El primer paso es el darse cuenta de qué es lo que nos estamos contando. Para tal finalidad, es imprescindible hacerse con una libreta. Y cada vez que detectemos alguna frase o palabra que sea negativa la podemos anotar. Es muy importante escribir estos mensajes internos, ya que si queremos recordarlos con nuestra propia memoria no nos vale. Cuando los tengamos escritos podemos ganar perspectiva y mayor consciencia sobre estos pensamientos e ideas.

El segundo paso consiste en pararse a analizar esta frase o palabra, y tratar de comprender su origen. ¿Es una frase que aprendí de mis padres, de mis amigos/as, o de mis compañeros/as de trabajo…? Muchas de las frases o ideas no son nuestras, son prestadas.

Y el tercer y último paso consiste en buscar una alternativa. La mente no entiende de vacíos. No podemos borrar una frase como tal. Debemos encontrar una frase, idea o palabra sustituta. Entonces, cuando tengamos esta alternativa, la escribiremos en nuestra libreta. El propósito es que cada vez que nos repitamos esa frase negativa, la vamos a cambiar por la frase positiva.

Va a ser un trabajo de semanas, pero a la larga vamos a acabar instaurando nuestra nueva forma de hablarnos.

El resultado es que estaremos conectándonos con emociones y sentimientos más positivos. Y con las semanas y los meses nuestra historia va a empezar a cambiar. Se acabaron los días grises y de negatividad. Tú vas a convertirte en propietario/a de tu propia existencia.

Y tú, ¿qué historia quieres seguir contándote?

 

 

 

Oriol Lugo

Psicólogo y Coach

Co-Director de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic

QUIERO SER NEUROFELIZ

Hoy en día se habla mucho del concepto de FELICIDAD. En la televisión, en la radio, en los periódicos y en las revistas, constantemente aparece este concepto. Pero llega un punto en qué no sabemos a qué nos referimos cuando queremos expresar esta idea.

Podríamos decir que todos/as tenemos un concepto particular sobre la FELICIDAD. Si le preguntas a alguien que quiere que le toque la lotería te diría que ser feliz consiste en tener mucho dinero; a alguien que se acaba de casar, que el amor de una pareja es la máxima expresión de felicidad; y si li preguntes a unos padres primerizos, seguramente te dirían que son sus hijos.

Hay tantas definiciones de FELICIDAD como personas que habitan en este planeta. Aun así, lo que más dolor nos causa es la incongruencia. Fumamos, bebemos, tenemos conductas sedentarias, dedicamos más tiempo a chatear que no a ver cara a cara a nuestros amigos/as…. Y luego nos preguntamos: ¿por qué no somos felices?

La respuesta reside en esta incoherencia de la que hablamos. Si no eres coherente con aquello que quieres, como por ejemplo ser FELIZ, entonces llegamos al punto de ser infelices.

Nosotros, des de las Neurociencias, que son las ciencias que estudian el cerebro, el sistema nervioso, su funcionamiento y su vinculación con el comportamiento humano; decimos que no somos felices porque en nuestra mente hay toda una serie de estructuras que no están equilibrio.

Gracias a los últimos avances en el campo de las NEUROCIENCIAS, concretamente aplicadas al ámbito de la PSICOTERAPIA, han nacido un cuerpo de nuevas técnicas y metodologías que nos ayudan a ser más felices. De forma más específica: ayudan a nuestro cerebro y organismo a ser más felices.

Diríamos que todos/as llevamos una mochila en nuestra espalda, cargada con toda una clase de experiencias. Algunas más positivas y otras más negativas. Las experiencias más negativas, las llamamos traumas. Que son básicamente experiencias que por la intensidad o la reiteración de las emociones vividas, se acaban encapsulando. Es entonces cuando se generan los recuerdos dolorosos. Estos recuerdos aunque sean pasados siguen haciéndonos daño. Y el cúmulo de todas estas experiencias negativas hacen que llevemos un gran peso a nuestras espaldas. Esto se manifiesta en forma de trastornos, como la ansiedad, la depresión, las fobias… Y también en forma de dolores psicosomáticos.

Estas experiencias vienen de la infancia, de la etapa de la impronta, que es una etapa en la que los niños y niñas (de los 0 a los 6-7 años), están madurando a nivel cerebral. Esta etapa es la etapa de modelaje, done los infantes copian todo lo que perciben: incorporan creencias, hábitos, rutinas, valores… Y esto queda bien guardado como si fuera una huella.

También hay la etapa de la vida intrauterina, que es que los bebés en su estado de gestación están conectados con su mamá. Entonces, los cambios hormonales o del estrés pasan a través del corriente sanguíneo al bebé y esto puede generar toda una serie de cambios y de recuerdos somáticos (en el cuerpo).

Luego a lo largo de los años iremos acumulando experiencias, que se irán depositando en nuestro inconsciente. Algunos de estos recuerdos son conscientes y otros no los recordamos, o creemos que están olvidados. Para nada, están muy presentes en nuestro día a día, y nos condicionan en quiénes somos y las cosas/ decisiones que tomamos.

Esto se ve con claridad gracias al efecto péndulo, que no es otra cosa, que las dos caras del mismo comportamiento o de la misma forma de pensar. Podemos estar en un extremo de pensar que somos muy buenos en lo que hacemos, por poner un ejemplo, pero de repente sentirnos los peores del mundo. Estos cambios de ideas vienen porque tenemos unas redes de recuerdos que nos afectan y nos marcan quienes somos.

Pero todas estas situaciones y trastornos se pueden superar. Gracias a las Terapias Neurocientíficas, que son estas técnicas nacidas de los últimos avances de la tecnología aplicada al descubrimiento y al estudio del cerebro. Hemos podido, y somos capaces de ver en vivo y en directo que le ocurre a nuestro cerebro cuando está estresado, relajado, con miedo o cuando estamos enfadados. Estos conocimientos nos permiten generar herramientas que nos ayudan a liberar emociones, sensaciones y pensamientos.

De esta manera, cuando alguien sufre de estrés sus amígdalas se ven sobre activadas. Son una parte del cerebro, en la parte límbica, donde gestionamos las emociones. Cuando estamos estresados nos ponemos en modo de supervivencia: con la respuesta de huida, lucha o congelación. Así pues, alguien que ha sufrido de un trauma sus amígdalas responden como si estuviera en una situación de peligro. Y aunque haya pasado mucho tiempo, el mero hecho de pensar en ese recuerdo hace que la persona vuelva a sentir las mismas emociones o sensaciones corporales, porque sus amígdalas están respondiendo de la misma manera.

No sólo es una cuestión emocional, sino también es física, ya que cuando el cuerpo experimenta una emoción podemos percibir cambios térmicos. Por eje,mplo con la rabia la sangre se condensa en los puños y cuando sentimos tristeza, la temperatura corporal disminuye, siendo menores las zonas de activación.

Así pues, nuestra misión con las Terapias Neurocientíficas es ayudar a las personas a que puedan desestresar sus amígdalas. Que estas pequeñas “almendras” que tenemos en la zona límbica pueda dejar de sobre activarse, y así puedan recuperar una funcionalidad dentro de lo normal. Como respuesta el estrés, las tensiones, los miedos, los temblores, la sudoración desaparece, y así acabamos por liberar las emociones y las sensaciones corporales.

Nosotros, hemos creado un método integrador donde combinamos algunas de las terapias más potentes en el campo neurocientífico; como serían: el EMDR, las TIC, el Brainspotting o el Coaching Wingwave entre otras.

Hemos generado un protocolo de trabajado, donde primero descubrimos el MAPA. Este consiste en una recopilación de todas las experiencias que ha vivido una persona respecto a un tema. Por ejemplo, si alguien tiene miedo a volar, serían todas las situaciones donde ha sufrido este temor tanto en su presente, pasado y futuro. En el futuro serían los “y si…”, que son los miedos anticipatorios.

Una vez recopilamos el MAPA, el siguiente paso es la desensibilización y el reprocesamiento. Que consisten en aplicar algunas técnicas, como serían los movimientos oculares rápidos, o la estimulación bilateral, ya sea con golpecitos o con música especial. Esto ayuda a que los dos hemisferios se sincronicen y que la amígdala se relaje.

El resultado final, es que la persona pueda volver a conectarse al recuerdo, pensando en él, y que sienta que las emociones han disminuido o que se han liberado; y que las sensaciones corporales se han reducido, o han quedado totalmente borradas.

El recuerdo no queda borrado, sino que se reprocesa, pudiendo así la persona darle otra lectura o reinterpretación. Por ejemplo, una situación de hablar en público puede causar pánico a una persona, pero si después de aplicar las técnicas, esta misma persona se encuentra relajada y tranquila, entonces va interpretar su futura ponencia como menos amenazadora, o incluso como una gran oportunidad para sentirse orgulloso/a.

Finalmente, nuestro propósito es que la persona pueda vaciar y liberar el máximo posible su mochila emocional. Como resultado se sentirá más libre, tranquilada, relajada y más feliz. Quizás otra forma de ver la FELICIDAD es como aquel estado donde el pasado no nos duela, o no nos duela tanto; en el presente estamos tranquilos; y el futuro se siente como esperanzador.

 

 

Autor:

Oriol Lugo

Psicólogo y Coach

Experto en Terapias Neurocientíficas

Co-director de OWL INSTITUTE. Institu Psicològic

«AL PRINCIPIO ERA PERFECTO»

Con este título es como empiezan muchos de los testimonios de relaciones muertas. Hoy os quiero hablar del amor, o mejor dicho, de cuando deja de llamarse amor para gritarse “maltrato”.

La mayoría de inicios de las relaciones de pareja son emocionantes y/o nacen del interés hacia el otro. Estamos conociendo y descubriendo una persona que parece que nos gusta, nos atrae por alguna razón. Este es un proceso natural que luego irá evolucionando hacia un amor más maduro, si la relación sigue y salimos de la primera fase (el enamoramiento). Pero “al principio todo era perfecto” cuando llega a terapia, puede ser un indicador de gran peligrosidad. En este caso, hablamos de aquellas parejas donde uno de los dos resulta ser una persona realmente maltratadora.

“Al cabo de un tiempo, cambió radicalmente, empezó a controlar todo lo que hacía. Me preguntaba constantemente dónde estaba, con quién, qué hacía, que le enviara fotos”. “Cualquier tema o situación era motivo para discutir, así que por no hacerle enfadar…”.

Este es un fragmento de un testimonio anónimo y modificado de un caso de maltrato psicológico en pareja. Cuando esto sucede nos encontramos ante una persona que maltrata a otra porque vulnera sus derechos, valores, e intimidad a través de la manipulación y seducción. Pero como sabemos, esto no sucede de un día para otro sino que existe un camino recorrido que empieza por las buenas palabras, acciones y detalles, que enganchan al otro. Supone días y días de sutil manipulación para acabar siendo y haciendo como la pareja quiere.

“Me empezó a decir qué llevar, cómo comportarme con sus amigos, hasta cómo debía mirarles o no etc. al final no podía salir ni de casa, mientras él hacía lo que quería, claro” Todo se reducía a que yo, supuestamente, intentaba ligar siempre con alguien, quien fuera, donde fuera”.

En uno de los casos que llegó a nuestro centro, la persona había roto años antes con una relación por proyectos de vida diferentes y recibió un mensaje completamente contrario a lo que creía hasta entonces. Le dijeron que era demasiado independiente en su relación anterior y que eso no podía ser amor, así que creó una nueva creencia limitante: “estar enamorado significa estar enganchado”. Creencia de la que no era consciente y bajo la cual hizo lo que la pareja le fue pidiendo hasta anular su autoestima y crear una dependencia afectiva. En este caso la persona pudo poner un límite al maltrato cuando se dio cuenta que aquello no era normal. Se había transformado hasta tal punto que ya no se reconocía ni físicamente. ¿A costa de qué? De su propia identidad, es decir, su vida.

Es duro, pero cierto, que para que exista una persona que maltrata debe haber una persona que lo permite, es decir, dependiente emocionalmente. Detrás de ello co-existen muchos factores: la educación, valores, familia de origen y la relación con los padres, creencias, personalidad, mitos sobre el amor, relaciones anteriores, etc. Es precisamente en todas estas variables donde debemos explorar dónde está la mecha que empezó a prender.

Preguntar, compartir el sufrimiento y buscar ayuda es el primer paso para terminar definitivamente con la relación y poder volver a confiar para seguir adelante. El amor tiene límites y cada uno debe encontrar y reafirmarse en los suyos para tener relaciones sanas y felices.

“¿Alguna vez me quiso?” Se preguntaba.

Creo que la respuesta estaba clara: “¿Cómo te gusta que te quieran?”

 

 

 

 

Autora:

Júlia Beltrán

Psicóloga y Psicomotricista

Experta en Terapias Neurocientíficas

Colaboradora en OWL INSTITUTE. Institut Psicològic.

SI QUIERES SER FELIZ, NO TE HAGAS EL SUECO

Tal y como entiendo esta expresión, “hacerse el sueco” significa fingir que no entiendes o no escuchas algo, o pretender estar despistado. Por ejemplo, si ves a alguien por la calle y no te apetece saludarlo, haces como que no lo has visto y pasas de largo. En este artículo quiero dar un significado más amplio a esta expresión, abarcando la idea general de relaciones humanas que se tiene en Occidente, y que en Suecia se ha hecho especialmente evidente. Esta idea de que “estamos separados” unos de otros, que cada uno tiene que mirar sólo por sí mismo y que provoca que la soledad aumente en detrimento del contacto humano.

El gobierno sueco, mirando por el bien de sus habitantes, apostó por una idea revolucionaria a principios de los años setenta: que todo el mundo fuera libre y que nadie dependiera de nadie para subsistir. Sólo dependerían del Estado, que les proporcionaría total seguridad. Así, se pretendió liberar a las mujeres de los hombres, a los hijos de los padres, a los abuelos de los nietos, etc. Esta idea se aplicó tan eficientemente, que ahora en Suecia puede llegar a ser normal que entre padres e hijos estén treinta años sin verse ni hablarse. Tanto es así, que muchos no sienten la necesidad de cuidar las amistades y las relaciones sociales (si total, el Estado les proporciona todo lo que creen necesitar). Tanto es así, que la mitad de la gente vive sola, la inseminación artificial aumenta día a día (muchas mujeres prefieren no tener que convivir con otra persona), y un 25% de la población muere sola o se suicida, a veces sin que esto sea percatado por nadie incluso hasta dos años después. Una de las actividades sociales más típicas en Suecia trata de ir a buscar personas desaparecidas/muertas en los bosques. ¿Triste? Yo diría más: ¡Espantoso!

Es cierto que Suecia es el máximo exponente del Estado del Bienestar, en el sentido de seguridad y economía…pero, ¿están realmente “bien” sus ciudadanos? Por supuesto muchos lo deben estar, pero, tal y como se refleja en el documental “La Teoría Sueca del Amor”, parece que se les ha escapado un detalle a la hora de diseñar su vida ideal: las relaciones humanas son imprescindibles para la felicidad. La soledad, en cambio, es la causa de muchas depresiones y enfermedades, ya que los seres humanos somos seres sociales por naturaleza. Ellos quisieron enfocarse en la autorrealización y pensaron que la seguridad económica era la única condición necesaria para cumplirla y, por lo tanto, conseguir la felicidad plena. Está claro que la autorrealización es importante, y que cada uno debe poder expresar su individualidad y lo que les hace únicos. Pero ¿qué sentido tiene autorrealizarte cuando no puedes compartir tus dones con nadie? ¿Quién eres tú sin el reconocimiento del otro? ¿Quién eres tu sin el otro? Debemos recordar que la mayoría de nuestras creencias, valores, pensamientos, nos vienen de los demás: de nuestra familia, nuestros profesores, nuestros amigos…Seguro que muchas habilidades que poseéis, las habéis podido desarrollar gracias a otras personas. Seguro que, si analizáis vuestro trayecto de vida, podéis ver que algunas de las decisiones más importantes de vuestra vida las tomasteis gracias a la recomendación de una persona, un consejo, un comentario o encuentro fortuito… Entonces… ¿somos realmente dueños de nosotros mismos? Si viviéramos en soledad y no nos nutriéramos de las relaciones humanas, no podríamos alcanzar esta anhelada autorrealización… Por lo tanto, la verdadera autorrealización sólo se consigue gracias a (y no “a pesar de”) los demás.

En Suecia y otros países nórdicos, se pierden facultades sociales porque no se desarrollan lo suficiente durante la infancia. No hay que subestimar la importancia de la inteligencia emocional para ser feliz, y cuando no se desarrolla lo suficiente, tiende a conducirte a la soledad en el futuro: no es fácil tratar con personas muy diferentes a ti, negociar, llegar a acuerdos… realmente es algo que debemos aprender y desarrollar desde bien pequeños.

Es importante reflexionar hasta qué punto, en Occidente, estamos tomando el mismo camino que Suecia. Cada vez, la sociedad es más individualista y materialista. Ya no conocemos a nuestros vecinos, hablamos lo justo con los desconocidos, giramos la cabeza si alguien sufre, y sabemos que cada vez hay más ancianos que se sienten solos, e incluso mueren también en profunda soledad.

Demos las gracias a la sociedad sueca por mostrarnos la gran importancia que tienen las relaciones humanas en nuestra vida, y así evitarnos caer en la trampa de sólo pensar en la seguridad material o económica, olvidándonos de sembrar aquello que nos puede proporcionar más felicidad: buenas relaciones sociales.

Además, fijémonos en que, normalmente, cuanto mejor sean nuestras relaciones sociales, menos probable es que terminemos sumidos en la pobreza. Las personas que, por desgracia, acaban viviendo en la calle, normalmente han cortado muchos lazos a nivel familiar y social (a parte de otros problemas que puedan tener, por supuesto).

Yo propongo que, para combatir la plaga de la soledad (y todos los males que acarrea), adoptemos una actitud opuesta a “hacerse el sueco”: saludemos a quienes nos crucemos, hablemos con la gente, tengamos contacto visual, contacto físico, ayudémonos unos a otros, ofrezcamos sonrisas, conservemos las amistades, reconozcámonos unos a otros.

En Suecia han llevado al extremo la autosuficiencia y la independencia personal, pero, como dice Zygmund Bauman, al final de la independencia no está la felicidad: al final de la independencia hay un vacío, una pérdida del sentido de la vida y un aburrimiento inimaginable. Así pues, debemos reemplazarla por una agradable interdependencia.

Fotografía: www.canva.es

Autora: Anna Soler

Terapeuta de PNL y experta en Terapias Neurocientíficas

Colaboradora en OWL INSTITUTE. Institut Psicològic

Nota: Este artículo no pretende criticar a los suecos, sino a la idea de individualismo extremo que se ha materializado de una forma más evidente en la sociedad sueca y que, si no cambiamos ciertas actitudes, se va a materializar también en el resto de Occidente.

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