La ansiedad es la consecuencia de una preocupación excesiva por el futuro. Los síntomas físicos de la ansiedad nos alertan del nivel de stress que tenemos y, muchas veces, del nivel de auto-exigencia y altísimas expectativas sobre nosotros mismos. ¿Cómo aprender a sosegarnos cuando estamos ansiosos? A continuación, detallo tres estrategias que me recomendaron y me han funcionado muy bien:
– Haz al menos 1 cosa divertida cada día.
Fíjate en los niños: parece que siempre estén felices y, sin embargo, ellos también tienen sus problemas. A veces hay niños que presencian discusiones familiares, que se sienten solos en el colegio, etc., pero difícilmente verás un niño pequeño ansioso. ¿Por qué? Porque ellos, por norma general, juegan un rato cada día, y durante ese rato se olvidan de sus preocupaciones, viven el presente, ríen, son felices. Los adultos dejamos de jugar y de ver la vida como un juego, y es entonces cuando nos “evadimos” de formas más perjudiciales para nuestra salud (drogas, alcohol, etc.). Y si no nos evadimos lo suficiente, tenemos ansiedad. Una solución, entonces, es reservar un rato cada día para hacer algo que te divierta. Debe ser algo que no tenga nada que ver con tu trabajo o vocación, por mucho que te guste. Debe ser algo que hagas por diversión pura, sin presión, sin la necesidad de estar aprendiendo o cultivándote. Ej. ir a tomar algo con los amigos, ir al cine, ver una serie que te guste, escuchar música, bailar, cocinar, etc. Lo importante no es el qué, si no el cómo la haces: con la actitud abierta de un niño que quiere explorar, divertirse y jugar. Tómatelo como si fuera un paréntesis en tu día, como si el tiempo se parara. “Tiempo muerto”, como se decía en algunos juegos. Aunque más bien verás que es “Tiempo Vivo”.
– Dedica un rato cada día para “Pensar en tus problemas”.
Cuando estás ansioso, no paras de pensar en las cosas que te preocupan y no llegas a ninguna conclusión. Como no llegas a ninguna conclusión, tu mente te recuerda constantemente tus problemas, y vuelves a pensar en ellos y a ponerte ansioso. Es un círculo que nunca termina. ¿Qué pasaría si enseñases a tu mente a pensar en los problemas en un tiempo acotado del día? Como si fuera una mascota o un niño desobediente, debemos dominar a la mente si no queremos que ella nos domine. La ansiedad es un síntoma de que hemos sido dominados por nuestra mente. El truco consiste en reservar unos 10-20 minutos cada día (si puede ser siempre a la misma hora, y antes de las seis de la tarde) para pensar en tus problemas y llegar a conclusiones. Durante este rato, escribirás en una libreta las cosas que te preocupan y llegarás a una conclusión para cada una de ellas. Subrayarás las conclusiones. Una conclusión puede ser “no voy a hacer nada”, porque a veces no podemos hacer nada. Pero como mínimo habrás llegado a una conclusión, y si tu mente vuelve a pensar en ello a lo largo del día, le indicas amablemente que ahora no es el momento de pensar en los problemas, que ya ha tenido su espacio antes, y que lo volverá a tener mañana. Si mañana quieres rectificar o modificar una conclusión, por supuesto lo puedes hacer.
Al principio es difícil, pero si persistes, es un gran ejercicio para tener control sobre tus pensamientos y, así, poder disfrutar más intensamente del presente durante el resto del día.
– Anota las cosas positivas del día antes de irte a dormir.
Antes de irte a la cama, anota o repasa mentalmente entre 5 y 10 cosas positivas que te hayan sucedido durante el día. Pueden ser cosas simples, como por ejemplo “he comido muy bien” o “el rato que he estado tranquila en el sofá”. Si no encuentras nada, como mínimo puedes agradecer algunas cosas, como por ejemplo “tener salud”, “que tus seres queridos tengan salud”, o “tener una cama dónde dormir”, etc.
Animo a todos a poner en práctica estas tres estrategias. Se puede empezar poco a poco, primero con una estrategia durante una semana, y luego ir añadiendo las demás. Pero, sobre todo, con calma… porque la ansiedad es la mente tratando de ir más rápido que la vida misma.
Anna Soler
Terapeuta y experta en Terapias Neurocientíficas
Colaboradora en OWL INSTITUTE. Institut Psicològic
Fotografia: www.canva.com/es_mx/