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8 de Marzo: Día Internacional de la Mujer

El Día Internacional de la Mujer, celebrado el 8 de marzo de cada año, es una oportunidad para reflexionar sobre el papel de las mujeres en la sociedad y abogar por la igualdad de género en todas las áreas de la vida.

Desde la psicología, se ha estudiado en profundidad la discriminación y el sexismo, así como las dificultades específicas que enfrentan las mujeres en diferentes contextos sociales, culturales y económicos.

Es por este motivo que hoy es un día para la reflexión, pero también para la acción.

En primer lugar, la psicología ha evidenciado la importancia de la autoestima y la autoeficacia para las mujeres, especialmente en contextos en los que se ven expuestas a la discriminación y el acoso sexual.

Estas experiencias pueden tener un impacto negativo en la salud mental y emocional de las mujeres. Se conoce que las heridas emocionales o los traumas pueden arrastrarse y dejar secuelas para toda la vida.

Se hace fundamental fortalecer la confianza en sí mismas y su capacidad para afrontar situaciones difíciles. El refuerzo de la confianza es un pilar que debe empezar desde la infancia.

Por otro lado, la psicología también ha abordado la necesidad de promover una educación no sexista, que permita a las mujeres desarrollar su potencial y habilidades sin limitaciones de género.

Existen en la actualidad muchos prejuicios y creencias limitantes que están presentes en la cultura (películas, series, música…). Es por este motivo que se hace vital seguir trabajando en esta línea.

En este sentido, se han realizado estudios sobre la influencia de los estereotipos de género en el rendimiento académico de las mujeres y se han propuesto estrategias para fomentar una educación igualitaria y libre de prejuicios.

La mujeres deberían poder ser animadas a estudiar toda clase de carreras y líneas diversas de estudios, sin limitar sus potencialidades.

Asimismo, la psicología ha estudiado la violencia de género como un problema social y de salud pública, con el objetivo de prevenir y tratar la violencia contra las mujeres. Se han desarrollado intervenciones para empoderar a las mujeres víctimas de violencia y promover relaciones de pareja saludables y libres de violencia.

Las relaciones tóxicas o donde se aprecian signos de violencia (sea del tipo que sea) son una fuente que puede perpetuar unas dinámicas perjudiciales para la salud mental.

En definitiva, el Día Internacional de la Mujer es una oportunidad para reflexionar sobre los avances y retos pendientes en la lucha por la igualdad de género.

Desde la psicología, se ha trabajado en la identificación y abordaje de los problemas específicos que afectan a las mujeres, y se han propuesto soluciones para promover una sociedad más justa e igualitaria.

Y tú, ¿cómo vas a celebrar el día de hoy?

Madres, padres… ¡dejaros cuidar!

Cuidar la salud mental de nuestros hijos/as es una responsabilidad indispensable para garantizar su bienestar y desarrollo emocional. La salud mental influye en la forma en que nos relacionamos con el mundo que nos rodea, en nuestras emociones y en la forma en que nos percibimos a nosotros mismos.

Sin embargo, a menudo olvidamos que las madres y padres también necesitan cuidar su salud mental. Ser padre o madre es una tarea compleja que conlleva muchos retos y responsabilidades, y es importante que tengamos en cuenta que también necesitamos tiempo para nosotros mismos para mantener una salud mental equilibrada.

Desafortunadamente, a menudo la salud mental de las madres y padres es descuidada en la sociedad, y se asume que deben ser siempre fuertes y tenerlo todo bajo control. Esto puede conducir a una sobrecarga emocional, y a largo plazo, a problemas de salud mental.

Por eso, es importante que tengamos conciencia de la importancia de cuidar la salud mental de las madres y padres, y que ofrezcamos apoyo para ayudarlos en esta tarea. La salud mental no puede esperar, y es importante que todos/as tomemos las medidas necesarias para mantenerla en buen estado.

¿Por qué hay personas que encadenan relaciones constantemente?

Todos conocemos alguna persona que, al terminar una relación, busca inmediatamente estar en otra sin pasar por lo que llamaríamos el duelo. O incluso parejas en las que la relación se ve muy desigual, uno lo tiene idealizado y el otro tiene una actitud que podríamos considerar pasota.

Las películas de género romántico o algunas de las canciones pop más famosas han hecho que muchas personas fantaseen con una idea del amor que no corresponde a la realidad. Ni si quiera es un amor sano. Me refiero a aquellas ideas donde el amor todo lo puede, donde hay que estar siempre disponible para el otro. “Si tú me dices ven, lo dejo todo”. Hay incluso escenas en las que una persona tiene un problema y la pareja sabe, sin necesidad de que el otro lo comunique, que tiene que ir a buscarla y llevarla a un lugar especial. ¿Os suena de lo que hablo?

Bien, pues no. El amor real no es así.

Hay personas, que debido a esa falsa creencia de lo que es el amor, unida a una baja autoestima y una necesidad de tener afecto acaban desarrollando un patrón que les hace relacionarse de forma dependiente. En ese estar presente en todo momento, cubrir todas las necesidades, comprobar que la relación constantemente esté en un buen punto buscan cubrir sus necesidades frustradas. Estas personas buscan parejas que sean todo lo contrario a lo que ellos son, es decir, que gocen de una alta autoestima, que se muestren seguras de sí mismas, independientes y con un buen autoconcepto.

Por más que lo intenten y hagan todo lo necesario para conseguirlo, esas necesidades nunca son cubiertas ya que las expectativas que tienen hacia lo que significa ser feliz y el amor no se cumplen.

¿Y qué pasa con la pareja?

A menudo, al principio todo va bien. La persona dependiente idealiza al otro y el otro siente como su pareja le cuida, le alaba y le necesita. Pero entonces el dependiente desarrolla comportamientos basados en comprobar de forma constante que la relación se encuentra en un buen punto ya que está dispuesto a hacer cualquier cosa para mantener la relación. La pareja decide no continuar, fruto de la inseguridad, la indefensión, la necesidad de ser cuidado de forma desmedida y ser siempre el centro de atención. Bajo esta circunstancia la persona dependiente sentirá algo parecido a un síndrome de abstinencia vinculado a los recuerdos de la relación y la falta de sentido que le encuentra ahora a la vida sin estar emparejado. Por ello, con toda probabilidad acabará encadenando relaciones para no verse solo.

¿Como evitarlo?

Para evitar caer en la dependencia emocional o romper este patrón es necesario que tengamos un buen conocimiento de nosotros mismos. Saber lo que uno quiere y lo que no, nos va a ayudar a ser asertivos y poner límites ante aquellas situaciones, conductas o palabras que nos produzcan malestar. El amor hacia uno mismo se vuelve un pilar fundamental también para evitar la dependencia emocional ya que nos ayuda a tener relaciones sanas. La comunicación es una pieza clave en cualquier relación, sea del tipo que sea. Si necesito algo de mi pareja o amig@, ¿por qué no pedirlo?

 

 

Alba Lavandero
Psicóloga General Sanitaria
Miembro del equipo OWL INSTITUTE. Institut Psicològic

El Trastorno Dismórfico Corporal (TDC)

El trastorno psicopatológico con la tasa de suicidios más elevada y del que no habías sentido hablar.

Ya sea por encima o en detalle, la mayoría de nosotros ha oido hablar alguna vez sobre trastornos como el TOC (trastorno obsesivo compulsivo), la anorexia o la bulimia. El conocimiento de la población general sobre estas enfermedades puede ser más o menos preciso pero gran parte conoce su existencia y sabe enumerar alguna de sus características principales. Desgraciadamente, este no es el caso de la dismorfia corporal.

La dismorfia corporal, es un trastorno de la imagen corporal que empuja a las personas que lo sufren a perseguir la perfección a nivel físico y que se caracteriza por los siguientes elementos:

  • La persona que lo sufre es incapaz de dejar de pensar en algún defecto percibido de su apariencia.
  • Para sobrellevarlo, a menudo realiza comportamientos repetitivos como mirarse al espejo, arreglarse en exceso o tocar la zona conflictiva, o pensamientos repetitivos como comparar el propio aspecto al del resto.
  • A pesar de que para los otros este defecto parezca menor o incluso imperceptible, quién lo sufre se siente profundamente avergonzado y el nivel de ansiedad y de sufrimiento emocional es tal, que a menudo acaba repercutiendo en su vida diaria.

Se trata de un trastorno que afecta entre el 2% y el 3% de la población, y que se suele iniciar durante la adolescencia, siendo ligeramente más frecuente en mujeres. Aun así, a pesar de tener trazas parecidas o superiores a algunos de los trastornos más populares (como los mencionados anteriormente), se trata de una condición mayoritariamente desconocida, lo cual dificulta su
detección y posterior tratamiento. Algunas de las señales que nos pueden ayudar a identificar que alguien está sufriendo dismorfia corporal son las siguientes:

  • Percibir un defecto que piensas que te hace feo o deforme.
  • Creer que el resto se fijan en tu apariencia de manera negativa o la juzgan.
  • Ocultar el defecto percibido mediante maquillaje, ropa, depilación, bronceado…
  • Mirarse repetidamente al espejo (o evitarlo), arreglarse o tocar la zona en cuestión.
  • Evitar situaciones sociales.
  • Comparar constantemente tu apariencia con la del resto.
  • Buscar aprobación sobre el defecto por parte de la gente, preguntar qué piensan.
  • Someterse a procedimientos estéticos o tratamientos con poca satisfacción.
  • Presentar síntomas de ansiedad y/o depresión o ideación suicida.

Puede pasar que la persona afectada ponga el foco en más de una parte del cuerpo o que la característica física en la que se enfoca cambie con el tiempo. Las más comunes son:

  • Cara (nariz, cutis, acné, arrugas…) y/o cabello (debilitamiento, calvicie…).
  • Tamaño del pecho o apariencia de los genitales.
  • Piel: venas, estrías, apariencia…
  • Tamaño y tono muscular: preocupación por que la constitución sea demasiado pequeña o insuficientemente musculosa. Se da mayoritariamente en hombres.

A pesar de ser uno de los trastornos más desconocidos, la dismorfia corporal tiene la tasa de suicidio más alta de todos los trastornos psiquiátricos. Consultar a un profesional de la salud mental es de vital importancia puesto que se trata de un trastorno que a menudo viene acompañado otras enfermedades mentales y que si no se trata, suele empeorar con el tiempo.

Conocer esta enfermedad, saber que existe, es crucial para identificarla a tiempo e intentar evitar o rebajar en el mínimo las consecuencias negativas que puede llegar a tener para la persona que la sufre, tanto a nivel mental como físico.

Lo que no se conoce, no existe y está en manos de todos hacerlo visible.

 

Maria Pellicer
Psicóloga

Colaboradora en OWL INSTITUTE. Institut Psicològic

 

Fuentes:

Phillips, K. A. & Stein, D. J. (2022, 18 noviembre). Trastorno dismórfico corporal. Manual MSD versión para público general. https://www.msdmanuals.com/es/hogar/trastornos-de-la-salud-mental/trastorno-obsesivo-co mpulsivo-y-trastornos-relacionados/trastorno-dism%C3%B3rfico-corporal

Sequera, D. (2021, 17 mayo). Trastorno dismórfico corporal: criterios del DSM-5 y características clínicas. Instituto de Psicofarmacología. https://psicofarmacologia.com/trastorno-obsesivo-compulsivo/trastorno-dismorfico-corporal-criterios-del-dsm-5-y-caracteristicas-clinicas

Trastorno dismórfico corporal – Síntomas y causas – Mayo Clinic. (2022, 18 mayo). https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/body-dysmorphic-disorder/symptomscauses/syc-20353938

Duelo y Neurociencias

Todos/as hemos perdido a un ser querido o en algún momento pasaremos por esta experiencia. Es ley de vida pero, ¿sabemos qué implica un duelo? ¿Cómo podemos superarlo? ¿Cómo afecta a nuestro cerebro?

El duelo es una reacción normal de nuestro organismo para poder procesar una pérdida. Supone un proceso que quiere transitar por una serie de emociones, que pueden ser categorizadas como negativas y así poder llegar a adaptarse a la nueva situación.

Las fases del duelo según la psiquiatra Kubler Ross son:

  • Negación.
  • Ira
  • Negociación.
  • Depresión.
  • Aceptación.

Según el DSM – V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), el trastorno de duelo complejo o complicado persistente se diagnostica sólo si después de 12 meses desde la muerte de alguien con quien el doliente tenía una relación cercan se detectan toda una serie de elementos que denotan que el duelo no se ha resuelto.

Se estima que la prevalencia del duelo complejo es de 2,4-4,8 %. El duelo complicado o complejo es más frecuente en las mujeres.

Desde la muerte, al menos uno de los siguientes síntomas está presente en la mayor parte de los días y persiste durante 12 meses en el caso de los adultos en duelo y 6 meses para niños en duelo:

  • Anhelo/añoranza persistente del fallecido. En niños pequeños , la añoranza puede manifestarse mediante el juego y la conducta,, incluyendo comportamientos que reflejan la separación y también el reencuentro con un cuidador u otra figura de apego.
  • Pena y malestar emocional que sea intenso en respuesta a la muerte.
  • Preocupación en relación a la persona que ha fallecido.
  • Preocupación acerca de los acontecimientos de la muerte.

En los niños, esta preocupación con el fallecido puede expresarse a través de los contenidos del juego y del comportamiento, y puede extenderse a una preocupación por la posible muerte de otras personas cercanas.

Otros elementos a tener en cuenta pueden ser:

  • Malestar reactivo a la pérdida.
  • Alteraciones sociales.
  • Alteraciones en la identidad.

También hay que considerar: la relación con la persona, la edad, el vínculo, el nivel de madurez, las circunstancias de la situación, si la muerte fue súbita o traumática.

En el proceso de duelo puede ayudar el poder despedirse de la persona, el visualizar el cuerpo en el tanatorio/funeral, conocer las circunstancias, el poder expresar las emociones, el iniciar un acompañamiento psicoterapéutico, generar una red de apoyo, poder reducir demandas o delegar necesidades, normalizar emociones y conductas propias del duelo, poder hablar del fallecido y de los recuerdos con normalidad.

Algunas personas pueden desarrollar sentimientos de tristeza y síntomas patológicos como parte de la reacción al duelo.. En las personas que atraviesan un duelo complicado, los síntomas persisten o, con el tiempo, incluso pueden llegar a empeorar (como si estuvieran en un estado constante de duelo).

La duración y expresión del duelo normal varía mucho de una persona a otra y puede durar de dos meses a dos años. Sin embargo, hay que estar atento por si se muestran ciertos síntomas que puedan indicarnos que no estamos ante una reacción de duelo sano.

Algunos indicadores son:

  • Tener sentimientos prolongados o reiterados e intensos de culpa por cosas que hemos hecho o dejado de hacer, con o por la persona querida.
  • Pensamientos recurrentes de que es el doliente el que debería haber muerto en vez de la persona querida (sustitución con la persona fallecida).
  • Preocupación obsesiva acerca de no ser capaz de rehacer la vida, acompañada de un sentimiento de inutilidad (dificultad en la adaptación a la nueva normalidad).
  • Enlentecimiento psicomotor acusado.
  • Deterioro funcional acusado y prolongado, es decir, no poder desenvolverse de forma ágil en las actividades de la vida cotidiana.
  • Experiencias alucinatorias distintas a las de escuchar la voz o ver la imagen fugaz de la persona fallecida, que estas sí pueden ser normales en un proceso de duelo.
  • Aparición de mecanismos de defensa, como la negación de la muerte del ser querido o el desplazamiento de los afectos a otras cosas e incluso animales.

El estrés por la pérdida puede afectar a nuestro cerebro y se activa la respuesta de lucha o huida. Se pueden generar estados de confusión o de desorientación, que son respuestas disociativas al dolor emocional.

El duelo puede reforzar el cableado cerebral que bloquea al cerebro en una respuesta de estrés permanente, según la Dra. Lisa M.Shulman (profesora de neurología de la Universidad de Maryland). Para promover una reconexión saludable, las personas necesitan fortalecer las partes del cerebro que pueden regular esa respuesta. Eso puede implicar «toda una serie de prácticas creativas y contemplativas», desde la pintura hasta la meditación o las expresiones de fe. También puede ayudar el escribir un diario o hacer deporte.

Las áreas cerebrales que parecen estar implicadas en ambos son la amígdala, la corteza cingulada anterior y la corteza prefrontal medial. Cabe destacar que el núcleo accumbens, que forma parte del circuito de recompensa del cerebro, parece estar también implicado en el duelo complicado.También es importante destacar el núcleo accumbens, que forma parte del circuito de recompensa del cerebro, parece estar también implicado en el duelo complicado.

Si estás pasando por un duelo, es el momento de pedir ayuda.

 

Dr. Oriol Lugo
Psicólogo y Coach
Experto en Terapias Neurocientíficas
Co-director de OWL INSTITUT. Institut Psicològic

Vacío emocional: ¿qué es y cómo se siente?

Ahora que nos acercamos a Navidad, es muy frecuente que nos encontremos con personas que sufren del llamado vacío emocional. Podríamos definir éste como un sentimiento y sensación corporal de tensión interna, malestar y/o conflicto. Las personas que lo viven suelen usar expresionesdel estilo:

  • Tengo la sensación de que me falta algo”.
  • «Es un sentimiento interno de conflicto«.
  • Como un agujero que debo llenar”.

El resultado es que la persona acaba originando conductas para compensar estas sensaciones o sentimientos. Por ejemplo, hay gente que para suplir el vacío emocional come en exceso; otros se vierten en las compras, sean tradicionales o online; algunos buscan relaciones que no son del todo sanas; e incluso hay personas que pueden llegar a generar adicciones a sustancias por no sufrir dicho vacío.

El vacío emocional puede llevar a una falta de motivación y a una apatía que se alargue en el tiempo. Además, hay personas que con las conductas compensatorias pueden llegar a tener problemas más graves, como el desarrollo de una adición.

Pero, ¿qué hay detrás de ese vacío emocional?

Hay algo que no estamos escuchando o que no hemos resuelto todavía. Algunos ejemplos podrían ser:

  • Dudas que no han sido resueltas
  • Temas inconclusos
  • Conflictos con uno mismo
  • Conflictos con los demás (elementos externos)
  • Sentimientos de culpa
  • Autodefensa o negación
  • Falta de reconocimiento de las emociones

La forma de poder superar el vacío emocional es empezando por hacer un ejercicio de escucha interna y de sinceridad con uno mismo/a. ¿Qué hay dentro de mí a lo que no estoy prestando atención?

A partir de ahí podrás descubrir qué sientes y piensas respecto al asunto o a las circunstancias que estás viviendo. También puedes contar con la ayuda de un profesional que facilite este acompañamiento.

Una vez se entiende el mensaje oculto, es el momento de poder comprender su función y encauzarlo todo hacia una resolución que sea funcional para la persona y/o para su entorno. Por eso es necesario que haya también aceptación con uno mismo y con los sucesos; fijarse objetivos que estén alineados con los valores personales; actuar aunque tengamos miedo de cambiar…

Porque nunca es tarde para poder trabajar con nuestros vacíos emocionales.

 

Dr. Oriol Lugo
Psicólogo y Coach

Co-director de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic
Experto en Terapias Neurocientíficas

La depresión y ansiedad en el autismo

Aprovechando que el pasado mes de Octubre fue el mes de la salud mental, conviene visibilizar el sufrimiento que las personas con autismo pueden llegar a padecer.

Según datos de la OMS, un 5% de las personas adultas padecen depresión. En las personas con autismo, el porcentaje es mayor, según datos de la Asociación Americana de Psiquiatría, entre un 2 y un 47% de las personas con autismo han presentado depresión, y entre un 2 y un 54% han presentado trastornos por ansiedad.

Las personas con autismo presentan más riesgo a padecer estos trastornos por las dificultades de adaptación y de ajuste con el entorno. Los problemas con la comunicación, como pedir ayuda, hacer amistades, o redes de contacto, y la tendencia a actuar de forma ritualizada, hacen que las personas con autismo tengan menos recursos a la hora de solventar situaciones complejas, y que se vean superadas por ello.

Ante esto, es importante ofrecer un espacio de apoyo y de seguridad claros para las personas con autismo, haciendo explícitos que pueden buscar ayuda a otra persona cercana o a un profesional.

Los profesionales de la salud mental pueden ofrecer nuevas estrategias o herramientas para ayudar a gestionar la depresión o la ansiedad, como son trabajar las habilidades de comunicación, la relajación, o la aceptación de sí mismo.

 

Adrià Tàpia
Psicólogo General Sanitario
Col·laborador en OWL INSTITUTE. Institut Psicológic

Cambio de hora: ¿cómo nos afecta?

La noche de este pasado sábado, como ya es habitual el último fin de semana de cada mes de marzo y octubre, volvimos a cambiar nuestros relojes. O no, pues algunos pasan días (en el mejor de los casos) hasta que nos decidimos -o conseguimos- ajustar todos los de casa al nuevo horario. Por suerte, cada vez lo tenemos más fácil gracias a la tecnología, que pone de su parte automáticamente. Aunque no es el mayor de los problemas ante los que nos podemos encontrar debido al cambio horario.

En marzo, con la llegada de la primavera y el buen tiempo, los días cada vez se hacen más largos. Además, la hora que le ganamos al día en adelantar las manillas favorece aún más a estirar los días. De esa manera es fácil acostumbrarse a lo que se avecina: más tiempo de actividades de ocio al aire libre, contacto con seres queridos, etc.

Sin embargo, en ocasiones octubre se puede hacer más complicada la adaptación al cambio ya que se acortan los días a la par que viene el frío, con lo cual el clima favorece menos las actividades afuera y la pérdida de contacto con nuestro entorno social influye directamente con nuestro estado anímico.

Irritabilidad, cansancio, variaciones en el sueño o trastornos digestivos son solo algunas de las alteraciones más frecuentes que podemos experimentar estos primeros días de cambio. Te contamos brevemente cómo afrontarlo para que te puedas aclimatar cuanto antes al tiempo que llega:

  • Acepta lo que llega: como por naturaleza, las personas somos seres inconformistas. Cuando hace frío queremos calor y viceversa. Vivimos constantemente pensando en el mañana y en lo que está por llegar, sin mirar al aquí y ahora. ¡Intenta disfrutar del camino!
  • Entiéndete, la queja no suma: imaginemos un mundo idílico donde todos pasáramos los días sonriendo, felices y contentos. Ahora volvamos a la realidad y dejemos las utopías a un lado; es imposible no tener días malos, de hecho cuando pasamos por esos ratos de más bajo ánimo es lo que nos ayuda a valorar los buenos momentos.
  • Permítete de todo un poco: el sueño o el hambre, como necesidades básicas que son, precisamos tenerlas cubiertas. No obstante, una dieta con menos calorías de lo normal no te va a hacer enfermar. Asimismo, si por el contrario te da por comer de más tampoco debe ser algo que te preocupe. En el caso de que alguna de estas situaciones se alarguen en el tiempo, ponte en contacto con un profesional.
  • Aprende a descansar de forma diferente: una noche de menor descanso puede repercutir en tu estado de ánimo, así como aumentar el nivel de cansancio en el que te encuentres. Para ello es importante intentar ir pronto a dormir, intentando no utilizar aparatos electrónicos en las últimas 2 horas como el teléfono móvil, la Tablet u ordenadores. Por el contrario, un buen libro puede ser tu mejor compañía en la mesita de noche.

Aquí tienes algunos de los consejos que podemos ofrecerte. En caso de no ser suficientes, siempre se puede buscar ayuda profesional que te enseñará técnicas de relajación para poder pasar mejor estos días de transición. ¡Aunque con paciencia, estamos seguros de que lo conseguirás!

¿Qué es el éxito para ti?

Esta es una de las preguntas que más hago cuando acompaño a mis clientes/as en los procesos de Coaching. Es curioso porque la gente cuando busca realizar cambios en sus vidas siguen un ideal de éxito dictado según los canones del momento.

Me explico… Cuando hablamos de éxito cada uno tiene su propia definición. Es algo como hablar de conceptos tan abstractos como la felicidad, la amistad o la paz mental. Cada persona tiene una forma única de concebirlo, pero cuando nos referimos al éxito existen muchas influencias del exterior.

Podemos atribuir la definición del éxito según los estándares sociales de tener una familia, con x número de hijos/as, una casa, una mascota, x número de vehículos, x cantidad de dinero, vacaciones cada verano en x destino… Esto sería la imagen que nos vienen continuamente en el ámbito social.

Sólo en el momento en que te paras y te planteas qué es realmente para ti el éxito, es cuando puedes llegar a conectarte con lo que verdaderamente te resuena.

Para algunas personas el éxito es simplemente disfrutar de su trabajo; para otros consiste en poder estar con sus familiares y amigos/as; para otras personas es simplemente poder practicar sus hobbies. Es una forma de resaltar y hacer que afloren los valores de cada individuo.

Entonces, la siguiente pregunta es:

¿Tu vida está alineada con esta definición de éxito?

Aquí la respuesta suele ser negativa.

¿Por qué?

Porque nos hemos pasado toda la vida corriendo una carrera en una dirección que no es la que verdaderamente deseamos.

Ahora nos damos cuenta de que quizás éxito no es tener una casa mayor que la de tu vecino o vecina, o un mejor coche que tu compañero/a de trabajo, o unas vacaciones más lujosas que tus familiares lejanos…

¿Y por dónde empezamos?

El primer paso: es ser consciente de ello.
El segundo: plantear pequeños cambios que puedan ir en la nueva dirección que hemos escogido.
El tercero: consiste en gozar del proceso independientemente de las opiniones de los demás.

Es decir, que si para ti el éxito es estar con la gente que más quieres y disfrutar de su compañía, olvídate de los comentarios que te digan lo contrario o de las comparaciones. Lo que cuenta es cómo te sientes por dentro, no como los demás dictan cómo deberías sentirte.

 

Dr. Oriol Lugo
Psicólogo y Coach

Co-director de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic
Experto en Terapias Neurocientíficas

¡Llega la vuelta al cole!

Ya empiezan los peques el cole. Tenemos que volver a las rutinas, los deberes, el material, las extraescolares y un sinfín de cosas más que pueden generar estrés en las familias. No solo los niños y niñas pasan por un periodo de adaptación cuando empieza el cole, los padres, aunque muchos lleven semanas trabajando, el inicio del cole supone también un cambio.

En este artículo os damos algunas ideas para poder gestionarlo de forma más adecuada.

  • Calendario: Una buena manera de ayudar a la organización familiar es tener un calendario en algún lugar fácilmente accesible para todos, por ejemplo en la nevera. En este calendario apuntaremos aquella información que resulte útil conocer y consultar: médicos, extraescolares, excursiones, reuniones familiares… cada miembro de la familia tendrá un color para anotar aquellos eventos que sean solo de ellos, como podría ser una actividad extraescolar o ir al dentista. Pero también podemos tener un color que signifique que el evento es familiar, como por ejemplo ir el fin de semana a esquiar. Es muy importante que al lado del calendario escribamos la leyenda para que tanto peques como papás podamos consultar los colores en caso necesario y que los colores sean muy distintos entre sí, para evitar confusiones.
  • Horarios: Quizás esta es la parte más conocida por todos, volver al horario habitual antes de empezar el cole ayudará a los niños y niñas a ir adaptándose de forma paulatina y con menos dificultad. Es un ítem muy importante si no queremos que el primer madrugón sea un drama.
  • Gestión de las emociones y dudas: Empezar el cole es motivo de emoción para muchos de los niños y niñas, pero para otros es un caldo donde se cuecen miedos, dudas, inseguridades y nervios. Por ello, podemos crear reuniones en casa donde hablemos de esos miedos, dudas, nervios… cualquier cuestión que quieran comentar acerca del cole. Muchos cambian de ciclo, cambian de clase y necesitan conocer el funcionamiento que tendrán que seguir al volver antes de que pase.
  • Compra conjunta: Vamos a darles autonomía y dejemos que sean ellos quien elijan su material escolar, con nuestra ayuda. Daremos la información que nos proporcionan en el cole sobre lo que necesitan e iremos a comprarla de forma que ya se irá familiarizando con su material y generaremos motivación, ya que será en medida de lo posible como a ellos y ellas les gusta.
  • El día de antes: Este día suele ser el que más les cuesta a los niños y niñas, afloran del todo los nervios por reencontrarse con sus compañeros, por conocer al profesor o profesora nuevo, empezar las actividades extraescolares. Por ello, dediquemos un ratito de la tarde a conocer, sin juzgar, cómo se imaginan el primer día de cole, qué les gustaría decirles a los amigos de su clase, qué es lo que más han echado de menos de la extraescolar, cómo se imaginan a su profesora… de esta manera, demostraremos que lo que ellos piensan e imaginan es igualmente importante para nosotros y también les ayudará a exteriorizar todos esos pensamientos para que puedan dormir más relajados.

 

Alba Lavandero
Psicóloga infanto-juvenil
Experta en Terapias Neurocientíficas
Col·laboradora en OWL INSTITUTE. Institut Psicològic

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