Somos lo que nos contamos. Hay gente que sale a la calle y se repite constantemente que hoy va a ser un mal día porque la alarma no ha sonado bien, no ha tenido tiempo para desayunar con calma, el bus va con retraso… Y luego hay otro tipo de personas que, aunque en el día haya elementos que sean molestos o desmotivadores, mantienen su diálogo interno positivo.

¿Pero a qué se debe que tengamos un tipo de discurso más positivo o más negativo?

¿Nacemos así?

¿Son nuestros genes?

¿O podemos cambiarlo?

Los últimos estudios afirman que hay un tanto por ciento de influencia de nuestros genes, es decir, que hay personas que están más predispuestas a ser optimistas y otro tipo de perfiles de gente que son más propensas a ser pesimistas. Aun así, también tenemos que tener en cuenta el entorno.

Cuando hablamos del entorno nos referimos a los comportamientos de cada individuo, las rutinas, las personas con las que interactuamos, nuestro lugar de residencia, nuestra alimentación, la dosis de rayos solares que recibimos a lo largo del día… (un gran número de factores que están alrededor de nosotros/as).

Aquí en este artículo, nos vamos a centrar justamente en el apartado de cómo cambiar tu historia personal. Nos referimos a historia personal por el diálogo y tus discursos internos, que cada día te vas repitiendo. Es curioso porque el 80%-90% del discurso que tenemos, el cual proviene de nuestros pensamientos y creencias, es el mismo que el del día anterior. Es como si estuviéramos viviendo en un continuo sin cambios (sólo un margen del 20% al 10% de cambio al día). Con lo cual tenemos que poner mucha atención y ganas de hacer cambios.

¡Vamos a hacerlo!

El primer paso es el darse cuenta de qué es lo que nos estamos contando. Para tal finalidad, es imprescindible hacerse con una libreta. Y cada vez que detectemos alguna frase o palabra que sea negativa la podemos anotar. Es muy importante escribir estos mensajes internos, ya que si queremos recordarlos con nuestra propia memoria no nos vale. Cuando los tengamos escritos podemos ganar perspectiva y mayor consciencia sobre estos pensamientos e ideas.

El segundo paso consiste en pararse a analizar esta frase o palabra, y tratar de comprender su origen. ¿Es una frase que aprendí de mis padres, de mis amigos/as, o de mis compañeros/as de trabajo…? Muchas de las frases o ideas no son nuestras, son prestadas.

Y el tercer y último paso consiste en buscar una alternativa. La mente no entiende de vacíos. No podemos borrar una frase como tal. Debemos encontrar una frase, idea o palabra sustituta. Entonces, cuando tengamos esta alternativa, la escribiremos en nuestra libreta. El propósito es que cada vez que nos repitamos esa frase negativa, la vamos a cambiar por la frase positiva.

Va a ser un trabajo de semanas, pero a la larga vamos a acabar instaurando nuestra nueva forma de hablarnos.

El resultado es que estaremos conectándonos con emociones y sentimientos más positivos. Y con las semanas y los meses nuestra historia va a empezar a cambiar. Se acabaron los días grises y de negatividad. Tú vas a convertirte en propietario/a de tu propia existencia.

Y tú, ¿qué historia quieres seguir contándote?

 

 

 

Oriol Lugo

Psicólogo y Coach

Co-Director de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic