¿Recuerdas cuando fue la última discusión que tuviste con tu pareja?

Quizás hace mucho tiempo o quizás fue un conflicto reciente…

Lo importante es tener presente que comprenderte mejor y comprender mejor a tu pareja va a convertirse en la base para facilitar una buena convivencia.

Las claves las tenemos en nuestro cerebro

A través de las Neurociencias, que son las ciencias que estudian al cerebro y su funcionamiento; así como la relación que se establece con nuestros pensamientos y nuestras conductas, nos están aportando un gran número de descubrimientos.

Estos descubrimientos podemos aprovecharlos en muchos campos, incluso en el área de la Psicoterapia, pudiéndonos ayudar con las terapias de pareja.

Para ello hemos de comprender algunos elementos fundamentales como: que la mente funciona en red y que la gran mayoría de experiencias con una carga emocional quedan almacenadas en nuestro inconsciente.

Esto nos lleva a que sigamos patrones o rutinas que nos llevan a discutir por los mismos asuntos, a cometer los mismos errores o a no ser capaces de cambiar nuestras pautas o formas de pensar y sentir.

El funcionamiento de nuestras pautas mentales

Cuando tu pareja se enfada o se siente triste, puede que no sea sólo por la situación del momento presente, sino todo lo que él o ella asocia con sucesos del pasado. Nuestra mente a través de vivencias o disparadores del presente puede llegar a conectarse con experiencias que vivimos anteriormente.

Por ejemplo, si nuestra pareja nos explica que va a pasar un fin de semana con unos amigos/as para poder ir a una despedida. Quizás nuestra mente puede conectarse con algún recuerdo donde tuvimos un engaño (quizás de una anterior pareja). Este hecho hará que desconfiemos de nuestra actual pareja, aunque ella nunca nos haya dado motivos.

Cómo cambiamos nuestras pautas mentales

Entonces puede ocurrir que continuamente estemos conectándonos con situaciones del pasado que fueron dolorosas. Si además lo multiplicamos por dos (por cada miembro de la pareja), podemos estar en una relación que tenga conflictos a diario o graves dificultades de convivencia.

El primer punto es darse cuenta de estos disparados o situaciones que nos hacen conectar con recuerdos dolorosos del pasado. Podemos llevar una libretita y apuntar acerca de estos momentos actuales, y preguntarnos: ¿qué siento cuando estoy en esta situación? y ¿en qué momento de mi pasado me he sentido igual?

Con este ejercicio llegaremos a evocar algunos recuerdos anteriores para así ganar más consciencia.

Sanar nuestras heridas y sanar nuestra relación

Cuando somos conscientes de los auténticos orígenes o fuentes de nuestro malestar, ya empezamos a generar cambios en nuestras pautas o rutinas.

Si yo siento un terrible miedo cada vez que mi pareja pasa tiempo con amigos/as, puedo llegar a la conclusión que quizás me molesta que en el pasado me hicieran daño. No tengo miedo de que él/ella quede con amigos/as, sino de lo que viví anteriormente. Al igual que él/ella pasa tiempo con su grupo de amigos/as, yo también puedo pasarlo con mi grupo de amistades sin tener que sentirme aterrado/a.

Una vez hemos ganado consciencia podemos decidir cómo queremos actuar y ser consecuentes con nuestros propósitos. Puedo elegir seguir desconfiando de mi actual pareja o darle un voto de confianza.

Si el dolor persiste

Muchas veces, aunque decidamos proponernos un cambio en nuestra perspectiva o forma de ver la situación, seguimos sintiendo emociones o sentimientos de dolor, pena, rabia, miedo, celos… Esto nos indicar que nuestras heridas son más profundas de lo que imaginábamos.

Cuando estamos en este punto es la hora de pedir ayuda. Hay muchas formas de trabajar, ya sea con psicoterapia centrada en el momento presente o con una visión al futuro (pactando y planificando). Aunque quizás necesitamos liberar nuestro pasado.

La mejor decisión

Cuando un miembro de la pareja decide sanar su pasado, este hecho ya produce resultados positivos en la pareja. Pero cuando los dos deciden sanarse a sí mismos/as, es en este momento cuando se crece en pareja.

 

 

 

 

Ana Farré y Oriol Lugo

Co-directores de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic

Psicólogos

Expertos en Terapias Neurocientíficas