1. ¿Es conveniente llevar a los niños al tanatorio?
A partir de los seis años pueden asistir, siempre que nos aseguremos de que entienden los aspectos fundamentales de la muerte, estén acompañados de un adulto que pueda responder a sus dudas, sepan previamente lo que van a ver y podamos evitar que presencien situaciones de gran intensidad emocional.
2. ¿Puede mi hijo traumatizarse al ver a un muerto?
Los niños no son fáciles de traumatizar, pero sí pueden impresionarse si no los hemos avisado antes de lo que van a ver. Si un ser querido padece una enfermedad terminal es conveniente que sean testigos del deterioro físico. Si el fallecido sufrió una muerte traumática, podemos explicárselo, no es necesario que lo vean. Ver al fallecido ayuda al niño a dar sentido a la realidad de la muerte.
3. ¿Qué pasa si no se celebra ninguna despedida?
Siempre es conveniente hacer una despedida. A veces no es posible por el tipo de muerte, la imprevisión de la misma o las circunstancias. En ese caso no pasa nada, podemos recurrir a homenajes privados y despedidas simbólicas.
4. ¿Debo explicarle a mi hijo/a un suicidio o es preferible ocultárselo?
Lo más importante en estas situaciones es la honestidad. Es preferible que se entere por personas cercanas a rumores o terceras personas. Abordarlo les protege del aislamiento de momentos importantes. Debemos aclararles las causas de la muerte y las responsabilidades.
5. ¿Cómo le explico que no conoció a … porque murió antes de que él/ella naciera?
Le explicaremos que el ser querido falleció antes de que él naciera, que formó parte de la familia y es un recuerdo importante. Compartiremos nuestros recuerdos con él/ella, se lo explicaremos gradualmente y responderemos a sus preguntes. Si se va a realizar algún homenaje, le invitaremos.
6. ¿Cómo le explico una incineración?
No equipararemos “incinerar” con “quemar”. Le explicaremos que se incinera el cuerpo que ha dejado de funcionar. La urna que contiene las cenizas se deposita en un lugar especial como homenaje. Si hay creencias religiosas aclararemos que el alma no se incinera.
7. ¿Cómo puedo explicarle a mi hijo las creencias religiosas?
Debemos asegurarnos previamente que tiene claro el concepto de muerte, para no generarle confusión o temor. Adaptaremos las explicaciones a su edad y tendremos en cuenta su pensamiento literal a la hora de usar conceptos abstractos.
8. Mi hijo dice que ve a su abuela fallecida, ¿debo preocuparme?
No debe preocuparnos, son sensaciones normales al inicio del duelo, se pasan con el tiempo. No conviene alarmarse ni sorprenderse, ya que si no, el niño suele repetirlo.
9. El abuelo tiene una enfermedad terminal, ¿llevo a mi hijo al hospital a verle o esperamos a que tenga lugar el fallecimiento para contárselo?
Es preferible que sea testigo del deterioro gradual a que lo vea en el último momento y contemple un cambio físico drástico. Responderemos de manera clara y sincera a sus preguntas.
10. ¿Cuándo debo llevar a un niño a terapia?
Cuando veamos que, debido al duelo, se ha visto interrumpida o dañada seriamente algún área de su vida, ya sea ámbito social, académico, personal o familiar.
11. Quiero hacer un homenaje, ¿qué coses puedo utilizar como idees?
Algunas de las más habituales son: cartas, canciones, dibujos o poesías en memoria del fallecido; un álbum o caja de recuerdos; escribir un diario; visitar sus lugares especiales; una suelta de globos o plantar un árbol en su memoria.
Ana Farré
Psicóloga y Psicoterapeuta
Experta en Terapias Neurocientíficas
Co-directora de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic