Vivimos en una época donde nos faltan horas al día. Constantemente buscamos cómo podemos llegar a cumplir con todas nuestras tareas y obligaciones. ¿Quizás deberíamos formularnos la pregunta de una manera distinta?

Quizás no todo lo que hacemos es igual de importante…

¿Es igualmente valioso dedicar una hora o dos horas al día a las redes sociales, que emplear el mismo tiempo a jugar con nuestros hijos/as? ¿Es igualmente valioso estar con compañeros/as del trabajo tomando algo, que dedicar ese tiempo a ir al gimnasio o a realizar un paseo con tu pareja?

La respuesta está en ti. Nadie va a poder juzgar que es más importante, excepto tú mismo/a.

Es por esta razón que a continuación vamos a compartir contigo 3 estrategias:

· La PRIMERA de ellas consiste en tener claros cuáles son tus valores. Un valor es un eje que guía tu vida, que le da sentido y que la orienta. Ejemplos de valores son: la familia, la libertad, el amor, la amistad, el dinero, la sinceridad, el esfuerzo, la solidaridad… Si tienes claro que es lo más importante en tu vida, puedes entonces empezar a cambiar tu rumbo para darles más tiempo y más espacio. Si para ti el valor de la solidaridad es de los más importantes, es normal que dediques tiempo a ayudar a los demás o que te impliques en causas de voluntariado. El problema recae cuando no eres coherente. Cuando tu máximo valor es la familia y no les dedicas las energías que quizás se merecen, entonces algo falla.

· La SEGUNDA consiste en saber agrupar y focalizar tareas. Hay algunas obligaciones que puedes agrupar con otras acciones. Por ejemplo, puedes planchar mientras hablas por teléfono, o puedes lavar los platos mientras escuchas un audiolibro…

Pero, por el contrario, hay otro tipo de tareas que si las agrupas o las combinas entonces no las vas a realizar correctamente. Es más, lo que puede ocurrirte es que pierdas más el tiempo. Por ejemplo, si quieres hacer un informe exhaustivo en una hora, mejor que te deshagas de todas las distracciones posibles, como el televisor, la radio, el móvil…

· La TERCERA idea es la del sentido de urgencia o la ley de Parkinson. Lo que dice esta ley es que nuestro tiempo de dedicación a una tarea va en relación a la fecha de finalización marcada. Es decir, cuando tenemos una meta que está a punto de vencer, como podría ser la entrega de un trabajo, nuestra energía y atención se focalizan al máximo para poder terminar con esta tarea. Por el contrario, si la fecha de finalización es muy lejana, entonces no vamos a dedicar la misma energía ni focalización. El consejo que os damos es que puedas adelantar las fechas a tu favor para notar este mismo sentido de urgencia y así finalizarlas antes. Una vez las terminas sentirás que tienes más tiempo para ti.

Las tres ideas combinadas son mucho más efectivas que si sólo aplicas una de ellas. Igualmente recuerda que todas las personas de este planeta tenemos 24 horas. Así, que ¿cómo puede ser que algunos/as puedan llegar a hacer más cosas o de una mejor forma? No es magia, es ciencia, concretamente la ciencia de la Psicología y del Coaching aplicadas a tu desarrollo personal.

Tú puedes aprovechar mejor tus jornadas y sentirte más productivo. Nosotros te damos las ideas, pero ahora falta que las pongas en práctica.

 

 

 

Oriol Lugo

Psicólogo, Psicoterapeuta y Coach

Experto en Terapias Neurocientíficas

Co-director de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic