¿Qué es mejor aprender? ¿Inteligencia Emocional o Chino Mandarín?

Esta pregunta es la que se hizo Ana Saénz de Miera, una de las directivas de Ashoka, fundación pionera en apoyar el emprendimiento social, cuando viajaba en el metro de Madrid.

Ese día lo recuerda muy bien porque vivió algo de lo más desagradable.

Ella, en ese momento, estaba embarazada, pero lo sorprendente fue que nadie en el vagón se dignó a cederle su asiento. Esa situación la marcó profundamente. Se dio cuenta de que aquel suceso era un reflejo de cómo la gente estaba viviendo una realidad que podía parecer distópica.

Fue una vivencia tan impactante que la llevó a cuestionarse cosas tales como:

  • ¿Cómo estamos educando a los niños/as para cuando sean mayores?
  • ¿Cómo estos futuros ciudadanos podrán estar compartiendo un vagón de tren, una parada de autobús o simplemente trabajando en una empresa sin mostrar un mínimo de empatía entre ellos?

Se dio cuenta que los niños y niñas están muy orientados hacia el éxito académico… Por eso se hizo la pregunta: ¿es más importante aprender chino mandarín? ¿O tal vez es más importante aprender Inteligencia Emocional?

Así pues, fue este suceso un despertador sobre una gran verdad: la empatía, no podía quedar atrás…

Son experiencias que a todos/as nos pueden llegar a ocurrir y que nos llevan a plantearnos la auténtica importancia de trabajar y desarrollar una buena Inteligencia Emocional, sin importar la edad que tengamos.

La Inteligencia Emocional se convierte en un elemento que debería extenderse y llegar a las aulas. Y no sólo en los centros educativos, sino también en las familias, cómo una forma de que entre todos/as podamos transmitir estas competencias.

Algunas de las competencias emocionales básicas son:

  • La empatía.
  • La autoestima.
  • Las habilidades sociales.
  • La auto regulación.
  • La auto motivación.
  • La tolerancia a la frustración.
  • La resolución de los problemas.

Está claro que en este siglo XXI hay muchos retos a los que nuestros hijos e hijas deberán hacer frente. No sólo el hecho de poder comunicarse en varios idiomas, sino también el hecho de poder comunicarse a nivel emocional.

La Inteligencia Emocional es un idioma universal, un lenguaje que todos y todas podemos llegar a desarrollar, ¿no te parece?