Todo lo que ya sabes pero no te aplicas

Hace un tiempo que se habla de los mitos del amor romántico. A estas alturas ya habréis descubierto que los príncipes y las princesas de los cuentos son para eso, para la fantasía. Igual ocurre con las películas, teatro, series, etc. Debemos decir que cada vez son más realistas.

No es que la ficción sea mala, es que hay que verla con ojos críticos, desde otra perspectiva y no con la incredulidad que se ha hecho hasta ahora.

Ha llegado el momento de transformar todas esas teorías en la realidad de la vida. Pero, ¿cómo? Algunos puntos a tener en cuenta:

Reconoce y distingue el enamoramiento del amor

Bastante gente cree que estar enamorado significa amar a esa persona. El enamoramiento es finito y está gobernado por un torrente de hormonas que te provocan: deseo, idealización, necesidad de apego, etc. Tiene distintas intensidades; no necesitas unas malditas mariposas. Una vez pasa, se ve realmente la transformación hacia el amor (aceptación del otro como es) o, por el contrario, un adiós porque esa persona no nos aporta realmente lo que buscábamos.

Deja de esperar, reclamar y arrastrarte para que te quieran

Las relaciones deben ser fáciles. Esa persona está en tu vida porque quiere; ambos sumáis más juntos. Sois dos en complicidad y decidís crecer juntos. No necesitas mendigar amor. Si es así, quizá lo que necesitas es sanar viejas heridas (con ayuda terapéutica).

¿Mereces que te quieran?

A veces, encontramos personas en consulta, que llegan a descubrir patrones repetidos propios o familiares en sus relaciones. Darse cuenta y sanarlas es el primer paso. Otras, por las razones que sean, han tenido relaciones desastrosas porque, en el fondo e inconscientemente, creen que no se merecen ser queridas. Hay que rascar ese fondo porque están acumulando demasiado.

Nadie es propiedad de nadie y los celos son signo de inseguridad

Quizá es momento de dejar de utilizar como excusa la educación que hemos recibido. Lo sé, no es una excusa, pero solo sirve para seguir teniendo las mismas opiniones y sentimientos respecto a la pareja ideal y no mover un dedo. Querer al otro es pactar el tipo de relación que queréis e ir revisando ese pacto y sentimientos. Cuando crees que tienes que controlar a tu pareja, e incluso espiar, es que te estás equivocando de amor. ¿Qué pasa con la inseguridad y miedo que sientes? Hay que trabajarlo porque dentro de ese corazón hay miedo y dolor.

Júlia Beltrán
Psicóloga y experta en Terapia de Pareja
Miembro del equipo de OWL Institute. Institut Psicològic