La disciplina en los niños es importante, no solo porque les enseña lo que está bien y lo que está mal sino que también les ayuda a aprender a convivir en sociedad.
En este artículo, se exponen algunas ideas sobre cómo ayudar a tu hijo a que tenga un comportamiento adecuado:
- Déjale claro cuál es el comportamiento adecuado para ese momento. Por ejemplo: si quieres estirarte en el sofá, quítate primero los zapatos. Hazlo tú también, así te tomará de ejemplo. Si van a ir a algún sitio en concreto, explícale antes que comportamiento se espera de él. Por ejemplo: mañana vamos a la boda del primo Andrés, recuerda que allí hay que estar en silencio.
- Explícale las consecuencias que pueden tener sus actos. Por ejemplo: Si no haces los deberes, no podrás ver la televisión.
- Permítele decidir entre dos opciones que son adecuadas en ese momento, de esta forma tendrá la sensación de que él también tiene un papel en la decisión de esas reglas y se reducirán las probabilidades de que se oponga. Por ejemplo: tienes deberes de lengua y de sociales, ¿por cuál quieres empezar?
- Antes de regañarle e imponer la consecuencia, deja que tu hijo te explique lo que piensa y siente. Hay que tener en cuenta que no siempre el mal comportamiento responde a resistencias, sino que también puede ser motivado por otros acontecimientos, como por ejemplo sentir celos ante la llegada de un hermano. Todos los niños necesitan atención por parte de sus padres.
- Existen dos clases de límites, los que responden a cuestiones más serias y los que responden a aquellas más banales. En los primeros, por ejemplo un mal comportamiento, es importante ser firme, mostrarse serio y seguro de lo que se dice, sin gritar. En aquellas normas que no son tan importantes, se puede ser un poco más flexible, ayudando solo a que el niño responda hacia la conducta que deseamos, por ejemplo: cuando termines de merendar, te pones con los deberes, ¿sí?
- Dale a tu hijo una explicación que corresponda a la norma, cuando los niños entienden el porqué de lo que les pides les resulta más fácil cumplirlo. Por ejemplo: Si no te atas bien los cordones de los zapatos puedes tropezar y hacerte daño.
- A veces, se puede proponer una actividad alternativa que encamine al niño hacia el comportamiento adecuado. De esta forma, evitamos regañar y valoramos lo que desee al demostrar que somos capaces de escucharlo, aunque en ese momento no podamos cumplirlo. Por ejemplo: Hoy no podemos ir al parque porque llueve, pero si quieres, podemos hacer una manualidad en casa.
- Las reglas deben de ser siempre las mismas, si cada día son diferentes, ellos intentaran cambiarlas día tras día y no se generará la rutina deseada.
- Muéstrale que la conducta es inapropiada pero no él. Por ejemplo, cambiar “has roto el juguete, eres un niño malo” por “has roto el juguete, eso está mal”.
- Cuando esté realizando una conducta apropiada espontáneamente házselo saber. Es una buena forma de que vean que al portarse bien reciben recompensa.
- No en todas las ocasiones es necesario reaccionar, hay momentos en los que su hijo puede ver por sí mismo que sus actos tienen consecuencias. Por ejemplo: Si rompe los lápices de colores, se dará cuenta de que no puede seguir pintando.
- Nuestras emociones deben estabilizarse antes de imponer la consecuencia, de esta manera nos aseguramos de que será la apropiada y no fruto de nuestro propio enfado. Es mejor contar unos segundos y después valorar lo que ha pasado y reaccionar.
- Explica a tu hijo que si no se porta bien se le apartará de aquello que esté haciendo por un tiempo previamente establecido (1 minuto por edad). Esta medida funciona entre los 2 y los 5 años, aunque con algunas modificaciones puede usarse.
Es muy importante, ser firme y cumplir con las consecuencias que se establecen. De nada servirá que impongamos una consecuencia si después la retiramos.
Ni cachetes ni palabras que puedan hacer daño.
Dar cachetes, gritar, avergonzar… no va a servir para cambiar la conducta del niño, sino que va a herir su salud física y mental a largo plazo. Esta forma de disciplina, enseña a los niños que cuando está frustrado por no conseguir lo que quiere está permitido actuar de esta manera.
Avergonzar o utilizar palabras duras hacia los niños puede llegar a ocasionar incluso más problemas en su conducta, lejos de ayudar a cambiarla.
Alba Lavandero
Psicóloga General Sanitaria
Colaboradora en OWL INSTITUTE. Institut Psicològic
Fuentes:
Fundación CADAH – Cómo aplicar límites a los niños https://www.fundacioncadah.org/web/articulo/como-aplicar-limites-a-los-ninos.html
Healthy Children – ¿Cuál es la mejor forma de disciplinar a mi hijo? https://www.healthychildren.org/Spanish/family-life/family-dynamics/communicationdiscipline/Paginas/disciplining-your-child.aspx