Las Neurociencias son las ciencias que estudian el sistema nervioso y todos sus aspectos relacionados como podrían ser: su estructura, función, desarrollo, bioquímica…; y como sus diferentes elementos interactúan generando nuestros pensamientos y comportamientos (según la Sociedad para las Neurociencias).

De esta manera, los últimos trabajos en las Neurociencias se están aplicando a diversos campos, como por ejemplo el de la Psicoterapia. Si sabemos cómo responde el cerebro y sus diversas áreas delante de distintas situaciones, se puede generar un cuerpo de nuevas metodologías y técnicas.

El descubrimiento de la respuesta del estrés en nuestro cerebro nos permite entender mejor como se forman algunos trastornos y enfermedades. Estas investigaciones han sido posibles a partir de las técnicas de Neuroimagen, que por ejemplo se aplican en los estudios de medición de respuestas a elementos estresores o que pueden perturbar a los sujetos (Dedovic, Duchesne,Andrews, Engert & Pruessner,2009).

Cuando estamos estresados/as, nuestros niveles de cortisol aumentan. Hay una sobre activación de las amígdalas, áreas que gestionan nuestras emociones. Nuestro hipocampo, área vinculada a la memoria, se bloquea. Y la conexión entre nuestros hemisferios (hemisferio derecho y hemisferio izquierdo) resulta alterada (área del cuerpo calloso).

Entonces, ¿cómo podemos liberarnos del estrés?

A través de las Terapias Neurocientíficas o Terapias con una base Neurobiológica, podemos aprovechar estos descubrimientos neurocientíficos para poder usarlas en las sesiones de psicoterapia.

Hay distintas Terapias Neurocientíficas, algunas de las más conocidas son: el EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento a Través de los Movimientos Oculares Rápidos), las TIC (Técnicas de Integración Cerebral) y el Coaching Wingwave….

Todas estas metodologías tienen el mismo propósito: que las amígdalas puedan volver a unos niveles normales o funcionales de activación, que nuestros dos hemisferios estén mejor conectados y que haya una disminución de las hormonas relacionadas con el estrés.

Estos efectos son más rápidos e intensos ya que hemos localizado las áreas del cerebro afectadas por los estímulos estresores o perturbadores. Además, conocemos cuales son los efectos auto reparadores del cerebro, como serían por ejemplo los que se producen en la fase REM (o MOR, en castellano, Movimientos Oculares Rápidos), y así podemos replicarlos (Kuiken, Chudleigh, & Racher,2010).

Cada vez sufrimos de más estrés y de más tensiones, y estas técnicas abren las puertas a nuevas prácticas y formas de trabajar en las consultas psicológicas. Son metodologías que pueden complementarse con el trabajo psicoterapéutico habitual.

Lo que nos permite la ciencia es ir actualizando nuestra manera de comprender lo que nos sucede en nuestro día a día y también poder obtener herramientas para facilitarnos una mejor salud mental, física y emocional.

Estas técnicas empiezan a difundirse a nivel internacional y cada vez hay más profesionales del campo de la medicina, de la psicología y de los campos terapéuticos que están empezando a integrarlas en sus prácticas diarias.

Es importante tener presente que el estrés nos puede afectar a todos/as y que ahora disponemos de nuevas prácticas que pueden ayudarnos a:

– Estar más tranquilos/as.
– Dormir mejor
– Abandonar prácticas compensatorias del estrés como la ingesta compulsiva o rituales y manías para calmarse.
– Regular mejor las emociones
– Poder respirar con mayor facilidad.
– Ritmos cardíacos más estables o regulares
– Mejores digestiones
– Mejora de males psicosomáticos vinculados al estrés o a las tensiones.

Estas técnicas siguen en estudio y a medida que avancen las investigaciones en el campo de las Neurociencias, van a existir más pruebas acerca de su efectividad.

Tu salud está en tus manos, así que ten muy presente tus niveles de estrés. El estrés puede acortar tu vida. Da el paso para gestionar mejor tus jornadas.

 

 

 

 

 

Ana Farré y Oriol Lugo

Co-directores de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic

Psicólogos

Expertos en Terapias Neurocientíficas