A lo largo de la vida pasamos por muchos acontecimientos que emocionalmente pueden resultar auténticos retos. Durante estos recientes años, desgraciadamente hemos vivido muchos de estos.

Ahora párate por un momento y piensa, cómo hubieras vivido estos sucesos si hubieras dispuesto de la compañía de una persona que te hubiera mostrado un apoyo emocional incondicional. Es decir, sí hubieras tenido a tu lado alguien capaz de escucharte sin juzgarte, de hacerte compañía cuando más lo necesitabas, de darte consejo o palabras tiernas?

Probablemente, hubieras vivido la problemática de una forma mucho menos intensa y desagradable. Incluso, en algunos casos hubieras podido rehacerte de aquel golpe de una manera más rápida y positiva.

Esta es la tarea de las personas de apoyo emocional, una nueva figura profesional que nos puede acompañar en momentos de transición o situaciones de desafío.

Algunos de los posibles escenarios donde estas personas nos pueden apoyar son:

  • Muerto de amigos y familiares (acompañamiento a casa, tanatorio, funeral).
  • Despidos laborales (presencia a las oficinas o puesto de trabajo).
  • Presentaciones públicas (desplazamiento al acto público).
  • Citaciones judiciales (acto de presencia en las disposiciones judiciales).
  • Hospitales o consultorios médicos (acompañamiento en la hora de recibir malas noticias).
  • Firmas de contratos o toma de decisiones importantes (presencia en oficinas bancarias u otros).
  • Reuniones donde se tienen que dar malas noticias (espaldarazo en entornos sociales).
  • Rupturas sentimentales (apoyo en encuentros con la pareja o en momentos de soledad).
  • Conflictos con familiares (acto de presencia en reuniones familiares).
  • Discusiones con amigos/as o grupos de iguales (acompañamiento en la esfera social).
  • Muertos de mascotas (acompañamiento al veterinario o en el hogar).
  • Pérdidas materiales que tengan un alto impacto emocional (espaldarazo emocional en el entorno de la persona).
  • Accidentes o procesos de recuperación (acompañamiento en la casa o en las sesiones de rehabilitación).

Las personas de apoyo emocional son individuos que pueden ser en muchos casos psicólogos/as o terapeutas, y que ya disponen de una base a la hora de poder trabajar con la gestión emocional. Este es el gran diferencial si lo comparamos con un amigo/a o familiar. En sí, no se trata de un proceso de psicoterapia, sino de aportar de forma específica y puntual (horas concertadas) un servicio de presencia y escucha activa a la persona que está transitando esta problemática. El hecho de acompañarlos físicamente en el escenario problemático, no virtualmente, es un gran diferencial respecto a una terapia que se efectúa en un despacho o consultorio.

En Nueva Zelanda la ley exige a las compañías la opción que sus trabajadores puedan llevar una persona de apoyo emocional a las reuniones disciplinarias, las cuales pueden estar relacionadas la gran mayoría de las veces con el despido potencial del trabajador/a.

A OWL INSTITUTE creemos que esta figura cada vez será más necesaria y ya disponemos de este servicio, que no sustituye a una psicoterapia, sino que es más una ayuda puntual y específica en el espacio y en el tiempos acordados.

Porque ahora es el momento de dejarse cuidar en cualquier situación o momento.

Para mayor información de este servicio:

www.owlpsicologia.com