Cuando leemos la palabra » egoísta » o «egoísmo» nos ponemos a la defensiva.

Sí, has leído bien. Es un término que nos cuesta asimilar porque tenemos vinculada una fuerte carga emocional.

De pequeños / as nos repiten que no debíamos ser egoístas. Todo lo contrario, que debíamos compartirlo todo, ayudar a los demás y servirnos los últimos. Estas pautas educativas están bien porque refuerzan los valores de la solidaridad, el respeto y el hecho de cuidar a los demás, pero llevados al extremo hace que seamos personas que desarrollen conductas de cuidar o proteger a las demás personas a costa de desvalorizarnos a nosotros/as. Y finalmente acabamos adoptando un «rol de cuidador / a» llevado al extremo.

La idea es romper con ello para cuidar más y mejor. Así que en lugar de decir «sé egoísta», queda mejor poner un elemento previo que es el de «sanamente»: «sé sanamente egoísta.»

Nos referimos al egoísmo positivo o sano, que no es otro, que el hecho de priorizarnos a la hora de cuidarnos.

Al igual que una fuente que se seca y no puede dar más agua … Esto es lo que nos pasa a las personas. Damos, damos y damos, pero como no nos damos a nosotros mismos / as acabamos totalmente secos… Sin ganas y sin energías para poder seguir ayudando a los demás.

Otra metáfora muy clarificadora para entender el concepto de ser «sanamente egoísta» la encontramos en los aviones. Cuando recibíamos las instrucciones de emergencias, siempre nos decían que, si el espacio quedaba despresurizado, descenderían las mascarillas con oxígeno. Entonces, inmediatamente sería necesario que te colocases tu mascarilla primero y después la de tu acompañante.

¿Por qué es así el protocolo de emergencia?

Porque si no te pones tú primero la mascarilla entonces al quedarte sin oxígeno, no podrás ayudar a los demás. Incluso, si tienes hijos que viajan contigo, puedes pensar que el protocolo, consiste en ponerlos a ellos primero su mascarilla. Pues no. Porque sin oxígeno tampoco los podrías ayudar.

Esto nos lleva a preguntarnos: ¿cómo puedo ser más sanamente egoísta?

O dicho de una forma más amigable … ¿Cómo me puedo priorizar más a mí mismo / a?

El gran problema a superar es la culpa, ya que podemos encontrarnos en un entorno donde se han acostumbrado a que lo demos todo por los demás, pero si seguimos así, si no cambiamos, nos encontraremos también saturados / as. La respuesta se encuentra en reclamar lo que nos corresponde y poderlo manifestar en nuestro entorno. No es una cuestión de desamor o de que ya no sientes afecto hacia ellos / as.

Todo lo contrario. Sino que se trata de un acto de salud. De poder estar bien primero tú para más adelante poder ayudar a los demás miembros de tu familia o círculo social.

Si no lo comprenden, es una señal que quizás aquellas personas estaban cómodas con la relación que tenían, pero no te valoran como persona, valoran lo que les aportas.

Así que en estos tiempos de pandemia es muy necesario que puedas cuidarte. Y recuerda que el orden es el siguiente: me cuido, estoy bien y entonces cuido a los demás.

No al revés: cuido a los demás, me olvido de cuidarme y me acabo saturando.

Ánimo en este camino hacia tu salud mental, física y emocional.

Dr. Oriol Lugo
Psicólogo y Coach
Experto en Terapias Neurocientíficas
Co-director de Owl Institute. Institut Psicològic