Muchas veces nos cuesta priorizarnos a nosotros/as mismos/as. Nos es difícil poner en un primer lugar aquello que es importante en nuestras vidas. Nos es complicado sentirnos y expresar que nuestras vidas nos pertenecen. En definitiva, el ser capaces de poner límites, plantearnos lo que realmente queremos. Y es curioso, porque esta actitud suele interpretarse generalmente como una forma de ser egoísta.
Para nada.
Esto en realidad es una cuestión de salud. Y cuando hablamos de salud nos referimos a todas sus formas: salud mental, emocional, física y espiritual.
Socialmente nos han inculcado la idea de que si eres de los que dicen “no” eres egoísta.
Si eres de los que prioriza sus propias acciones o beneficios eres egoísta.
Si eres de los que no ayuda lo suficiente a los demás y no lo haces cuando ellos quieren, y no cuando tu verdaderamente puedes, entonces eres…
Sí, lo has acertado: EGOÍSTA.
Pero tranquilo/a, hay solución.
A continuación, vamos a habar del concepto de ser “SANAMENTE EGOÍSTA”.
Le ponemos el término “SANAMENTE” porque así es una forma de romper la barrera mental y entender la palabra egoísmo desde otra perspectiva. Porque como bien dice la expresión, ser “SANAMENTE EGOÍSTA” es una forma de salud, una manera de quererse, de cuidarse, de respetarse, de amarse, de valorarse…
Y para que quede más claro esta expresión, voy a usar tres ejemplos y metáforas:
– LA FUENTE: en la montaña, te encuentras un manantial. Si ese manantial sólo se explota sin opción a que pueda recuperarse, al final se agota. Y si se ensucia y no se permite un tiempo para su limpieza, lo que aporta acaba siendo agua sucia. Ahora sustituye el manantial por la figura de cualquier ser humano. Y cambia el agua, por lo que aquella persona da (amor, tiempo, energía…).
– EL AVIÓN: en un avión de pasajeros, si se despresuriza la cabina, caen las máscaras de oxígeno. La consigna es que el primer paso es ponerte tú la máscara. De lo contrario, si intentas ponerles la máscara a tus hijos/as, puedes morir ahogado/a y entonces no tendrás la opción de ayudarles.
– EL ACCIDENTE DE COCHE: sufres un accidente de coche y sales del vehículo con la intención de ayudar a los otros ocupantes. Pero el orden de salvamiento es la del método PAS: proteger, avisar y socorrer. Es decir, en primer lugar, debes protegerte tú. De lo contrario, si sales del vehículo sin cuidarte y te ocurre algo no hay mucho más que hacer.
Te lanzo el reto de ser “SANAMENTE EGOÍSTA”, como una forma de sentirte mejor y a continuación, de poder hacer que los demás se sienta mejor.
Tú puedes cuidar tu salud mental, emocional, física y espiritual. Todo depende de poner en el orden correcto las prioridades de tu vida. Y lo importante es sin sentirte mal contigo mismo/a. Porque el juicio y las creencias limitantes respecto a la idea de cuidarnos es el gran freno en la gran mayoría de las ocasiones.