Todo el que estamos viviendo, un día pasará. Será más tarde o más bien… Pero pasará.
Y la pregunta importante a hacernos a nivel individual y grupal será:
¿Qué hemos aprendido de todo?
Un viejo aforismo dice que quien no aprende de su historia está condenado a repetir los mismos errores. Y nosotros somos de los que no aprendemos. Como especie tropezamos dos, tres y dieciocho veces con la misma piedra. Pero esta vez deseamos que sea diferente.
En primer lugar tenemos que tener muy presente que el que nos hace humanos son nuestras emociones de solidaridad, altruismo y amor. Está claro que esta crisis está sacando el peor de muchas personas (alimentado básicamente por el miedo), pero también el mejor. Esto es el que nos da fe y esperanza en que el mundo mejorará, aunque nos cueste.
Un segundo punto seria que la educación y la sanidad son pilares claves. Sin ambos no podremos avanzar. Necesitamos que las futuras generaciones aprendan y entiendan que el que hemos vivido nos tiene que servir. Y que la gente mayor o con dolencias son también un espejo de cómo tratamos al resto de la población.
Un tercer elemento se tener bien claro que el planeta no nos necesita. Somos nosotros quien lo necesitamos. Hemos visto durante la crisis bajar los niveles de contaminación drásticamente y como muchas especies naturales han recuperado sus hábitats. Esto es un ejemplo de que nosotros somos responsables de cuidar y respetar nuestro entorno.
Un cuarto punto tiene que ver con la forma de vivir. Vivimos acelerados, sin tiempo para pensar ni disfrutar del presente. Somos capaces y capaces de frenarnos y de respirar. Este punto se importando de mantenerlo presente para cambiar muchos hábitos cuando todo pase.
El quinto tiene que ver con el trabajo. Después de la pandemia vendrá una fuerte crisis económica. Como toda crisis será una oportunidad para replantearse muchos aspectos. Qué es realmente el que quiero hacer en mi vida? ¿Cómo quiero ayudar a los otros? ¿Cuál es el auténtico valor que quiero aportar a la sociedad? Y también pensar sobre las maneras de trabajar, como el teletrabajo, que sí hemos visto que son posibles.
El sexto tiene que ver con las instituciones. Al final hemos podido comprobar que las personas son las que ayudan a las personas. A veces, la burocracia y el entramado de los grandes organismos perjudican más, que no ayudan a los usuarios/ usuarias. Tenemos que tener presente que son los profesionales los que realmente producen los cambios y salvan vidas (sean del ámbito y del rango que sean).
El séptimo y último punto hace referencia a preguntarnos qué mundo queremos tener. Es una pregunta que nos lleva a pensar en grande, pero que obviamente nos motiva a actuar en pequeño. Si no sabemos ni dedicamos un mínimo de tiempo y energía a pensar en cómo queremos que sea nuestro futuro, es evidente que por inercia seguiremos muchos de los antiguos patrones.
De todos y todas depende que esta situación sea una forma de crecer y reinventarnos en todos los aspectos. Nos estamos metiendo en la cabeza que cuando pase todo tenemos que cambiar… Pero, ¿y si es ahora el momento que se nos está ofreciendo para hacer esta cambios?
Dr. Oriol Lugo Real
Psicólogo y Coach
Co-director de Owl Institute. Institut Psicològic
Experto en Terapias Neurocientíficas