Las vacaciones han llegado para nuestros hijos, pero eso no quita que estos meses puedan ser difíciles para los niños y las niñas con autismo.

El cambio de rutinas, al dejar de ir al colegio, puede descompensarles, porque pasan a no saber qué esperar durante el día. Aunque las vacaciones les quita estrés, puede ser tentador no hacer nada o pasar mucho rato con las pantallas.

Aunque sean vacaciones, no por ello es menos importante establecer rutinas, actividades, y rutinas, para que estos cambios sean los más provechosos. Así, podemos aprovechar para ayudarle a practicar habilidades útiles, como las metas, cultivar aficiones, la imaginación, y la creatividad.

Planificar una agenda de tareas o actividades que hacer durante las semanas, para conseguir puntos y cambiarlos en actividades que le gusten mucho. Apuntar a los niños con autismo a talleres y casales de verano adaptados les puede beneficiar mucho, ya que adquieren un espacio donde los horarios están pautados y pueden trabajar las emociones y relacionarse con los demás.

 

Adrià Tàpia
Psicólogo General Sanitario
Col·laborador en OWL INSTITUTE. Institut Psicológic