Imagina por un momento que ya has vuelto de tus vacaciones…

Sí, se que no es un ejercicio fácil, ya que es uno de los momentos que más hemos estado esperando. Pero quizás por esta razón es importante que te prepares mentalmente.

Cada inicio de curso es una oportunidad para plantearse nuevas maneras de empezar este periodo. Un poco en la misma línea del principio de año, hay muchas personas que se hacen nuevos propósitos y se marcan nuevas metas con el ideal de poder cambiar aspectos de su vida.

Pero, ¿realmente esto funciona?

La verdad es que todos y todas en algún momento de nuestras vidas necesitamos una excusa: un compañero/a que se acaba de apuntar al gimnasio, una nueva promoción en la academia de idiomas para ponerse las pilas con el inglés o con el alemán, o simplemente proponerse tener más paciencia con los hijos / as después de haber compartido todo el verano.

Sea lo que sea lo que quieras usar a modo de excusa, al final el factor que marca la diferencia es que pases a la acción. Que te propongas aquella meta o aquel objetivo y que lo acabes realizando. Pero recuerda que vienes de las vacaciones: momento en que las dietas se han olvidado, las rutinas se han difuminado y los horarios han quedado abolidos. Ahora toca volver a las antiguas reglas y pautas. Un punto a tu favor es que vienes descansado, quizás demasiado en algunos casos.

La solución se encuentra en que todos estos cambios para volver a la normalidad sean progresivos. Es por eso que se recomienda no pasar del domingo festivo al lunes laboral sin haber hecho una previa preparación. Revisa con calma los horarios, los calendarios, la organización del nuevo trimestre, las futuras reuniones o proyectos …

Esto también te ayudará a hacer una buena transición. Estas acciones son preparativos para que el cambio no sea tan brusco como un / a se podría imaginar.

Y también hay que tener presente que a pesar de que se vuelva a un estilo de vida más agitado, sí podemos mantener algunas de las pautas que nos han ido tan bien a lo largo de las vacaciones como son: el hecho de poder dedicar tiempo a la familia , poder marcar un espacio a lo largo del día de desconexión o de relajación, el hecho de incorporar pequeñas siestas o marcar la rutina de meditar cada mañana o cada tarde.

Al final, las vacaciones son una oportunidad de reconectarnos con nosotros mismos / as, por eso no podemos perder este bienestar una vez empezamos el nuevo curso. Porque si nos perdemos y nos olvidamos de cuidarnos, volveremos a entrar en la misma rueda de estrés y de tensiones. Aquel espacio temporal donde continuamente estábamos mirando el calendario en busca del próximo puente largo o de las próximas vacaciones.

No podemos volver a esta forma de funcionar ya que entonces querremos escapar de un estilo o manera de vivir disfuncional. Y quizás no es cuestión de buscar las eternas vacaciones que sólo llegan una vez al año, sino de ajustar nuestra vida para poder sentirse felices en el día a día.

Ten presente que una vida no puede basarse sólo en las semanas que has pasado de vacaciones, sino en todos los días que has vivido, en cómo has elegido vivir cada jornada.

Tú puedes hacer que el día a día sean unas pequeñas vacaciones para saborear los placeres de la vida.

Ahora ya puedes volver a tu momento presente. ¿Cómo quieres vivir tus vacaciones?

 

 

 

 

Oriol Lugo

Psicólogo y Coach

Experto en Terapias Neurocientíficas

Co-director de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic