La sensación de entrar en un bar y sentir pánico al pedir un refresco; el hacer cola en un autobús y no sentirse tranquila; el querer ir a una fiesta y rechazar la invitación por el miedo a estar rodeada de desconocidos… Todas estas situaciones pueden ser habituales para alguien que sufra de fobia social. La fobia social o el temor irracional al contacto y a la interacción humana es una de las fobias más habituales en nuestra sociedad.

Es un trastorno que tiene solución a través de la psicoterapia. Pero cuando hablamos de psicoterapia tenemos que hacer mención a un nuevo tipo de líneas de trabajo. A través de los últimos descubrimientos en el campo de las Neurociencias, las ciencias que estudian el cerebro y su funcionamiento, sabemos más sobre el cerebro y sobre nuestros comportamientos. Podemos conocer que es lo que ocurre en vivo y en directo en el cerebro de una persona que sufre de estrés, ansiedad o temor. Estos datos se están aprovechando en el campo de la psicoterapia clínica, y este es el origen del nacimiento de las Terapias Neurocientíficas. Estas terapias nacen en los años 80 del siglo XX, y ahora en la actualidad siguen revolucionando la práctica de la Psicología Clínica.

Básicamente son metodologías que nos permiten poder llegar a unos niveles más profundos del cerebro de los pacientes. Concretamente, trabajamos con la capa del ‟Allocórtez”, que es la que se conecta con nuestras emociones y sensaciones corporales. Las terapias convencionales, son procesos donde generalmente la persona habla y comparte sus problemas, capas más lógicas “Isocórtez”. Las terapias neurocientíficas inciden en áreas menos mentales, ponen menos el foco en el habla y más en estas zonas de mayor profundidad. Porque cuando alguien sufre una fobia, lo primero que reacciona es su cuerpo, a través de la aceleración del pulso cardíaco, la rigidez muscular o la sudoración; acto seguido, empieza a sentir emociones de temor, pánico o de angustia; y finalmente es capaz de verbalizar o racionalizar acerca de la situación amenazante.

Una de las metodologías más estudiadas dentro de las Terapias Neurocientíficas es la del EMDR (“Desensibilización y Reprocesamiento a través de los Moviemientos Oculares”). El funcionamiento de esta técnica se fundamenta en la acción de los movimientos oculares rápidos. Cada noche al dormir pasamos por distintas fases del sueño. Una de estas, es la fase del sueño REM, donde movemos los ojos rápidamente y esta acción natural facilita que se libere el estrés y la tensión de nuestro organismo. Cuando alguien sufre una fobia replicamos el mismo mecanismo, pero con los ojos abiertos. Pedimos que la paciente piense en esa situación social que quiere hacer frente o superar, y acto seguido le pedimos que siga nuestros dedos, rápidamente, de izquierda a derecha. El resultado: la persona siente que las sensaciones de nervios en la barriga o de tensión muscular pierden fuerza, y las emociones de miedo y tensión se liberan. Finalmente, puede reinterpretar esa fiesta, evento o encuentro social como un entorno seguro y tranquilo.

Estas acciones son rápidas y efectivas porque actuamos en las zonas concretas donde se conecta con la información corporal y emocional.

Además, existen otras técnicas y procedimientos, pero su función es la misma: facilitar la integración de los dos hemisferios cerebrales (hemisferio derecho y hemisferio izquierdo) y también la integración de los tres cerebros (el cerebro repitiliano, el cerebro mamífero y el neocórtex). Finalmente, la persona puede superar aquellas situaciones que vive con gran perturbación de una forma rápida y efectiva.

Las Terapias Neurocientíficas disponen de una base científica y de casos de estudio probados. Estas prácticas cada vez van a ir a más, ya que las personas ya no pueden, ni quieren invertir años y años en superar sus problemáticas. El cerebro dispone de las claves para la sanación de nuestro cuerpo y de nuestra mente, y nosotros aprovechamos los mismos mecanismos naturales para mejorar la salud de las personas.

 

 

 

 

 

Ana Farré y Oriol Lugo

Co-directores de OWL INSTITUTE. Institut Psicològic

Psicólogos

Expertos en Terapias Neurocientíficas