Los hábitos no son más que un conjunto de acciones o pautas que hemos interiorizado y normalizado en nuestro día a día. No tenemos que pensar mucho, surgen de nosotros con facilidad. Te preguntarás, quizás, por qué hablo de hábitos y no de propósitos. Pues porque los propósitos no sirven de nada sin unos buenos hábitos que los acompañen.

Me gustaría preguntarte: ¿Cuántos propósitos de los que te marcaste para 2018 has cumplido?

Déjame formularlo de otro modo: ¿Cuáles son tus buenos y malos hábitos?

Todos tenemos hábitos, desde fumar, ir al gimnasio, aprender idiomas, comer sano, ver una serie antes de dormir, levantarte a la misma hora, almorzar con café, ir a comprar al mismo supermercado, desplazarte al trabajo en coche, marchar los fines de semana…

El problema recae en el hecho de que un propósito es un deseo y, si este anhelo no se materializa en un conjunto de acciones o conductas repetitivas y continuas (hábitos), se queda en una idea intangible (que no se cumple).

Todos tenemos hábitos más adaptativos que otros, lo importante es aprender que si realmente quieres hacer cambios en tu vida, debes que enfocarte en qué hábitos quieres aprender (incorporar) y qué hábitos quieres desaprender (eliminar y transformar).

Así que, coge papel y lápiz y ¡escribe!

Cuando lo tengas claro, entonces podemos pasar a la segunda fase… Esta consiste en diseñar un plan. Cualquier hábito consta de dos elementos: repetición y refuerzo. Así es como nuestro cerebro crea las conexiones necesarias para que exista la automatización (los famosos 21 días; a pesar de que ahora se ha descubierto que son más bien 66 días).

Una técnica sencilla es la de comprarse un calendario de pared. Un calendario muy grande que puedas colgar en un lugar visible de tu casa. Arriba escribes el título del hábito que quieres instaurar en los meses concretos. Por ejemplo: ENERO 2019 – IR AL GIMNASIO

La primera vez que lo consigas haz una cruz o una redonda en el día que sea y de un color llamativo (verde, amarillo…). Así, cada día (o los días que te hayas marcado), irás poniendo la misma marca hasta completar las primeras semanas. El hecho de marcar el calendario ya es un refuerzo (aun así, también puedes buscar otros premios que te motiven).

Poder ver cada día este calendario te obligará a hacer los esfuerzos necesarios, hasta llegar a un punto en el que ya no será necesario mirarlo.

Cómo decía Aristóteles: “Somos lo que hacemos día a día. De forma que la excelencia no es un acto, sino un hábito”.

 

 

Feliz 2019!